miércoles, 19 de septiembre de 2018

María Teresa León y el doloroso silencio


María Teresa León y el doloroso silencio

Artículo publicado en Revista Cultural Los Ojos de Hipatía (16-10-2016)

Rocío González Naranjo


¿Por qué hablar todavía de María Teresa León Goyri (Logroño, 1903 – Madrid, 1988) cuando, gracias al esfuerzo de investigadores como Aznar Soler o Torres Nebrera, conocemos las actividades de esta republicana convencida? Creemos que una revista como Los Ojos de Hipatía no puede dejar pasar la demanda de las mujeres en el canon literario e histórico. Así, continuando con la recuperación de figuras femeninas, hoy le toca el turno a esta directora de teatro, periodista, actriz, escritora, guionista e intelectual de la Generacion del 27, es decir, el ideal de mujer moderna que preconizaba los valores de la Republica.

María Teresa León en Argentina (1928). Archivo Buenos Aires


A pesar de todo lo dicho anteriormente, María Teresa León es ante todo conocida por ser la mujer de Rafael Alberti. Es extraño que nunca nos dirijamos a ningún escritor como el marido, hermano, hijo de... Esto sólo ocurre con las escritoras. Porque María Teresa León es, ante todo, una femme de lettres, como lo afirma ella misma en su libro autobiográfico. Hoy comienza a ser reconocida por su labor durante la guerra civil española, no solamente como creadora del Teatro de Guerrillas que desarrollaba sus actividades en el frente, sino también por haber salvado una parte importante del tesoro artístico del Museo del Prado. Pero sus producciones literarias y su carrera como escritora son hoy en día bastante desconocidas y poco estudiadas, sobre todo sabiendo que empezó a escribir en 1928 hasta su muerte1.


María Teresa en un mítin republicano (sobre 1936). 

En su autobiografía Memoria de la Melancolía (1970), podemos entresacar las actividades más importantes en las que se consagró durante la guerra, como la creación de las Guerrillas del Teatro del Ejército del Centro, las innovaciones puestas en escena del Teatro de Arte y Propaganda del que León estuvo al origen de la fundación, o su presencia en la Alianza de Intelectuales Antifascistas2


Portada de la primera edición de sus memorias (Buenos Aires, 1970)

En los pasajes que tratan esta época de la guerra, comprobamos que la autora recuerda esos días trágicos como una época vivida intensa y apasionadamente. Pero en 1939, María Teresa y Alberti se convierten en exiliados: Orán, París, Buenos Aires, Roma. A partir de ese momento, las actividades de León no se explican en función de ella, sino en el exilio y la actividad de su marido. Pasará a ser la esposa de Alberti y no María Teresa León. Regresan a España en 1977: treinta y ocho años de silencio: por ser mujer y republicana. 

La Historia silencia a la exiliada pues nadie se acordará de María Teresa León cuando vuelva a España. El silencio se expande a los manuales de literatura, en la que la Generación del 27 es todavía una generación de hombres. Su propio silencio durante el exilio hará que escriba Memorias de la Melancolía. Pero en estos últimos años hemos podido ver la reivindicación de su figura como un actor imprescindible de la Edad de Plata y del exilio español. Aún así, en la escuela los niños no conocen sus cuentos, en el instituto, los manuales olvidan que se trata de una escritora y la etiquetan como la mujer de Alberti. De este modo se llega a la enseñanza superior y, quizá, si tenemos la suerte de cruzarnos con un profesor curioso, justo y emprendedor, podremos conocer su historia y su obra, como me sucedió a mí, y descubrir una escritura marcada por la guerra y por la inexistencia.

De alguna manera, es un sentimiento real que le rodea desde su partida de España. El cuento « Comed, comed, que ya estoy invitada » de la colección Fábulas del tiempo amargo, publicada en la Revista de Poesía Universal Ecuador 0°0'0'' en 1962 - escrita durante su exilio argentino – es un ejemplo. Contrariamente a los cuentos sociales anteriores (Cuentos de la España actual y Morirás lejos, de 1935 y de 1942 respectivamente), las Fábulas contienen una prosa lírica y surrealista, confundiendo la realidad con la ficción: el sueño está en la realidad y viceversa. Incluso si la temática es también social - por el recuerdo de la guerra fratricida - la escritora muestra, a través de las palabras, su situación personal, fusionándose con los personajes. Es el caso de « Comed, comed... ». 


Primera edición de Fábulas del tiempo amargo (México, 1962)

Se trata de una escena de caza en la que la presa es una chica virgen vestida de blanco. Esta chica se convierte en una cierva y habla en primera persona. Cuenta cómo corre por el bosque, cómo es cazada, cómo la matan, cómo la preparan y finalmente cómo se la comen todos los cazadores. Entonces se produce un desdoblamiento del personaje - del cual podemos decir que se trata también de María Teresa - que, a la vez cierva y chica, observa el banquete. La voz de la mujer exiliada se escucha a través del monólogo de la cierva que muere y que observa los eventos que la rodean: « […] no hay mayor desconsuelo que perder, gota a gota, la sangre sobre la tierra que nunca jamás volveremos a pisar… »3

Los recuerdos de la escritora se confunden con la escena de caza y la persecución de la cierva. Segun León4, el silencio tiene un espacio, y este espacio es el del olvido, donde ella se encuentra precisamente. Mientras que todo el mundo festeja el banquete, una joven aparecen, nadie la ve, nadie la escucha y nadie se percibe de su presencia. La cierva, en su forma humana, viene para observar el horrible espectáculo y escuchar las conversaciones que hay a su alrededor. Pero se encuentra en el límite del silencio y todo el mundo la ignora, excepto su madre, que escucha los llantos de su hija y que intenta calmarla. Ella observa cómo los cazadores se pavonean alrededor de su cabeza y observa los trozos que mastican las bocas de los cazadores. Ella grita, pero nadie le escucha: « ¡Esa soy yo!, les grito. Como nadie me escucha agarro mi cabeza y desaparezco del salón del banquete sin dar a nadie cuenta de mis actos. »5 A pesar de sus esfuerzos, el silencio le rodea y no puede hacer nada. Sabe que el olvido es su destino. 

El silencio impuesto a esta autora se hace tangible: Alberti publica un gran número de libros, participa en conferencias, es cada vez más conocido, mientras que María Teresa es la anfitriona de personalidades ilustres, como lo cuenta en su autobiografía, y su obra se va difuminando tras la sombra de su esposo. Gracias a Memorias de la Melancolía, la autora se afirma como actriz de la guerra, como mujer y como escritora. Por eso, este libro marca la ruptura del silencio histórico que se le ha podido imponer. Sin embargo, al leer algunos de sus cuentos, vemos que, a través de una serie de metáforas, la autora quiere que los lectores sepan cómo se siente ella ante ese silencio, ante ese olvido que ella misma presiente. Fábulas del tiempo amargo representa un periodo fundamental para León como escritora, pues parece haber tomado conciencia de su existencia como persona, pero también es una recopilación de cuentos que merece ser estudiado e introducido en el canon literario, por su valor histórico, estético y literario.

AZNAR SOLER, Manuel, “María Teresa León y el teatro español durante la guerra civil” in Anthropos. Revista de documentación científica de la cultura, num. 148, Barcelona, 1993; pp. 25-34.

AZNAR SOLER, Manuel, « El teatro español durante la República (1931-1939) » in MonteAgudo, num. 2, 1997; pp. 45-58.

LEON, María Teresa, “Fábulas del tiempo amargo” in Una estrella roja, Madrid : Espasa-Calpe, 1979.

LEON, María Teresa, Memoria de la melancolía, Buenos Aires: Editorial Losada, 1970.

TORRES NEBRERA, Gregorio, « La obra literaria de María Teresa León (cuentos y teatro) , in Anuario de Estudios filológicos, Vol. 7, 1984 ; pp. 361-384.


1 Misericordia; Cuentos para soñar, 1928; La bella del mal de amor, 1930; Huelga en el puerto, 1933; Rosa-Fría, patinadora de la luna, 1934; Cuentos de la España actual, 1935; La tragedia optimista, 1937; Una estrella roja, 1937; Crónica General de la Guerra Civil, 1939; Contra viento y marea, 1941; Morirás lejos, 1942; Los ojos más bellos del mundo, 1943. Guion; La historia tiene la palabra, 1944; La dama duende, 1945. Guion; El gran amor de Gustavo Adolfo Bécquer, 1946; Las peregrinaciones de Teresa, 1950; Don Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid campeador, 1954; Nuestro hogar de cada día, 1958; Sonríe China, 1958; Juego limpio, 1959; Doña Jimena Díaz de Vivar, gran señora de todos lo, 1960; Fábulas del tiempo amargo, 1962; Menesteos, marinero de abril, 1965; Memoria de la melancolía, 1970; Cervantes. El soldado que nos enseñó a hablar, 1978; La libertad en el tejado, 1989.
2 p. 55, AZNAR SOLER, Manuel, « El teatro español durante la República (1931-1939) » dans MonteAgudo, num. 2, 1997; pp 45-58.
3 p. 166, « Comed, comed, que yo ya estoy invitada », Fábulas del tiempo amargo, dans LEON, María Teresa, Una estrella roja, Madrid : Espasa-Calpe, 1979.
4 « En el límite del silencio recordó: ¿No ha vuelto mi hija? ».p. 166, LEON, Ibidem.
5 p. 168, LEON, Ib.

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