María Teresa León y el doloroso silencio
Artículo publicado en Revista Cultural Los Ojos de Hipatía (16-10-2016)
Rocío González Naranjo
¿Por qué hablar todavía de María Teresa León
Goyri (Logroño, 1903 – Madrid, 1988) cuando, gracias al esfuerzo
de investigadores como Aznar Soler o Torres Nebrera, conocemos las
actividades de esta republicana convencida? Creemos que una revista
como Los Ojos de Hipatía
no puede dejar pasar la demanda de las mujeres en el canon literario
e histórico. Así, continuando con la recuperación de figuras
femeninas, hoy le toca el turno a esta directora de teatro,
periodista, actriz, escritora, guionista e intelectual de la
Generacion del 27, es decir, el ideal de mujer moderna que
preconizaba los valores de la Republica.
María Teresa León en Argentina (1928). Archivo Buenos Aires
A pesar de todo lo dicho anteriormente, María
Teresa León es ante todo conocida por ser la mujer
de Rafael Alberti. Es extraño que
nunca nos dirijamos a ningún escritor como el marido, hermano, hijo
de... Esto sólo ocurre con las escritoras. Porque María Teresa León
es, ante todo, una femme de lettres,
como lo afirma ella misma en su libro autobiográfico. Hoy comienza a
ser reconocida por su labor durante la guerra civil española, no
solamente como creadora del Teatro de
Guerrillas que desarrollaba sus
actividades en el frente, sino también por haber salvado una parte
importante del tesoro artístico del Museo del Prado.
Pero sus producciones literarias y su carrera como escritora son hoy
en día bastante desconocidas y poco estudiadas, sobre todo sabiendo
que empezó a escribir en 1928 hasta su muerte1.
María Teresa en un mítin republicano (sobre 1936).
En su autobiografía Memoria
de la Melancolía (1970), podemos
entresacar las actividades más importantes en las que se consagró
durante la guerra, como la creación de las Guerrillas
del Teatro del Ejército del Centro,
las innovaciones puestas en escena del Teatro
de Arte y Propaganda del que León
estuvo al origen de la fundación, o su presencia en la Alianza
de Intelectuales Antifascistas2.
Portada de la primera edición de sus memorias (Buenos Aires, 1970)
En los pasajes que tratan esta época de la guerra, comprobamos que
la autora recuerda esos días trágicos como una época vivida
intensa y apasionadamente. Pero en 1939, María Teresa y Alberti se
convierten en exiliados: Orán, París, Buenos Aires, Roma. A partir
de ese momento, las actividades de León no se explican en función
de ella, sino en el exilio y la actividad de su marido. Pasará a ser
la esposa de Alberti y no María Teresa León. Regresan a España en
1977: treinta y ocho años de silencio: por ser mujer y republicana.
La Historia silencia a la exiliada pues nadie se acordará de María
Teresa León cuando vuelva a España. El silencio se expande a los
manuales de literatura, en la que la Generación del 27 es todavía
una generación de hombres. Su propio silencio durante el exilio hará
que escriba Memorias de la Melancolía.
Pero en estos últimos años hemos podido ver la reivindicación de
su figura como un actor imprescindible de la Edad de Plata y del
exilio español. Aún así, en la escuela los niños no conocen sus
cuentos, en el instituto, los manuales olvidan que se trata de una
escritora y la etiquetan como la mujer de Alberti. De este modo se
llega a la enseñanza superior y, quizá, si tenemos la suerte de
cruzarnos con un profesor curioso, justo y emprendedor, podremos
conocer su historia y su obra, como me sucedió a mí, y descubrir
una escritura marcada por la guerra y por la inexistencia.
De alguna manera, es un sentimiento real que le
rodea desde su partida de España. El cuento « Comed, comed,
que ya estoy invitada » de la colección Fábulas
del tiempo amargo, publicada en la
Revista de Poesía Universal Ecuador
0°0'0'' en 1962 - escrita durante su
exilio argentino – es un ejemplo. Contrariamente a los cuentos
sociales anteriores (Cuentos de la
España actual y Morirás
lejos, de 1935 y de 1942
respectivamente), las Fábulas
contienen una prosa lírica y surrealista, confundiendo la realidad
con la ficción: el sueño está en la realidad y viceversa. Incluso
si la temática es también social - por el recuerdo de la guerra
fratricida - la escritora muestra, a través de las palabras, su
situación personal, fusionándose con los personajes. Es el
caso de « Comed, comed... ».
Primera edición de Fábulas del tiempo amargo (México, 1962)
Se trata
de una escena de caza en la que la presa es una chica virgen vestida
de blanco. Esta chica se convierte en una cierva y habla en primera
persona. Cuenta cómo corre por el bosque, cómo es cazada, cómo la
matan, cómo la preparan y finalmente cómo se la comen todos los
cazadores. Entonces se produce un desdoblamiento del personaje - del
cual podemos decir que se trata también de María Teresa - que, a la
vez cierva y chica, observa el banquete. La voz de la mujer exiliada
se escucha a través del monólogo de la cierva que muere y que
observa los eventos que la rodean: « […] no hay mayor
desconsuelo que perder, gota a gota, la sangre sobre la tierra que
nunca jamás volveremos a pisar… »3.
Los recuerdos de la escritora se confunden con la escena de caza y la
persecución de la cierva. Segun León4,
el silencio tiene un espacio, y este espacio es el del olvido, donde
ella se encuentra precisamente. Mientras que todo el mundo festeja el
banquete, una joven aparecen, nadie la ve, nadie la escucha y nadie
se percibe de su presencia. La cierva, en su forma humana, viene para
observar el horrible espectáculo y escuchar las conversaciones que
hay a su alrededor. Pero se encuentra en el límite del silencio y
todo el mundo la ignora, excepto su madre, que escucha los llantos de
su hija y que intenta calmarla. Ella observa cómo los cazadores se
pavonean alrededor de su cabeza y observa los trozos que mastican las
bocas de los cazadores. Ella grita, pero nadie le escucha: « ¡Esa
soy yo!, les grito. Como nadie me escucha agarro mi cabeza y
desaparezco del salón del banquete sin dar a nadie cuenta de mis
actos. »5 A pesar de sus esfuerzos, el silencio
le rodea y no puede hacer nada. Sabe que el olvido es su
destino.
El silencio impuesto a esta autora se hace tangible: Alberti publica un
gran número de libros, participa en conferencias, es cada vez más
conocido, mientras que María Teresa es la anfitriona de
personalidades ilustres, como lo cuenta en su autobiografía, y su
obra se va difuminando tras la sombra de su esposo. Gracias a
Memorias de la Melancolía,
la autora se afirma como actriz de la guerra, como mujer y como
escritora. Por eso, este libro marca la ruptura del silencio
histórico que se le ha podido imponer. Sin embargo, al leer algunos
de sus cuentos, vemos que, a través de una serie de metáforas, la
autora quiere que los lectores sepan cómo se siente ella ante ese
silencio, ante ese olvido que ella misma presiente. Fábulas
del tiempo amargo representa un periodo
fundamental para León como escritora, pues parece haber tomado
conciencia de su existencia como persona, pero también es una
recopilación de cuentos que merece ser estudiado e introducido en el
canon literario, por su valor histórico, estético y literario.
AZNAR
SOLER, Manuel, “María Teresa León y el teatro español durante la
guerra civil” in Anthropos. Revista de
documentación científica de la cultura,
num. 148, Barcelona, 1993; pp. 25-34.
AZNAR
SOLER, Manuel, « El teatro español durante la República
(1931-1939) » in MonteAgudo,
num. 2, 1997; pp. 45-58.
LEON,
María Teresa, “Fábulas del tiempo amargo” in Una
estrella roja,
Madrid : Espasa-Calpe, 1979.
LEON,
María Teresa, Memoria
de la melancolía,
Buenos Aires: Editorial Losada, 1970.
TORRES
NEBRERA, Gregorio, « La obra literaria de María Teresa León
(cuentos y teatro) , in Anuario
de Estudios filológicos,
Vol. 7, 1984 ; pp. 361-384.
1
Misericordia;
Cuentos
para soñar, 1928;
La
bella del mal de amor, 1930;
Huelga
en el puerto,
1933; Rosa-Fría,
patinadora de la luna, 1934;
Cuentos
de la España actual,
1935; La
tragedia optimista,
1937; Una
estrella roja,
1937; Crónica
General de la Guerra Civil,
1939; Contra
viento y marea,
1941; Morirás
lejos,
1942; Los
ojos más bellos del mundo,
1943. Guion; La
historia tiene la palabra,
1944; La
dama duende,
1945. Guion; El
gran amor de Gustavo Adolfo Bécquer,
1946; Las
peregrinaciones de Teresa,
1950; Don
Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid campeador,
1954; Nuestro
hogar de cada día,
1958; Sonríe
China,
1958; Juego
limpio,
1959; Doña
Jimena Díaz de Vivar, gran señora de todos lo,
1960; Fábulas
del tiempo amargo,
1962; Menesteos,
marinero de abril,
1965; Memoria
de la melancolía,
1970; Cervantes.
El soldado que nos enseñó a hablar,
1978; La
libertad en el tejado,
1989.
2
p. 55, AZNAR SOLER, Manuel, « El teatro español durante la
República (1931-1939) » dans MonteAgudo,
num. 2, 1997; pp 45-58.
3
p. 166, « Comed, comed, que yo ya estoy invitada »,
Fábulas
del tiempo amargo,
dans LEON, María Teresa, Una
estrella roja,
Madrid : Espasa-Calpe, 1979.
4
« En el límite del silencio recordó: ¿No ha vuelto mi
hija? ».p. 166, LEON, Ibidem.
5
p. 168, LEON, Ib.
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