Victoria
Aldunate, CHILE, fragmento de un poema llamado Soy sobreviviente
Soy
india, wuacha y loca
Soy negra, gitana, judía y
palestina
Peruana, boliviana y migrante
Soy mestiza, latina
y blanca.
SOY SOBREVIVIENTE.
Soy pobre,
pobladora, trabajadora
cesante, ambulante y explotada.
Soy
puta, vendo flores por las noches,
pido limosnas y canto en las
micros.
Coso ajeno, lavo ajeno, limpio ajeno,
pero soy
propia y rebelde.
SOY SOBREVIVIENTE.
Soy niña,
joven, adolescente y vieja.
He sido monja para no casarme
Me
he matrimoniado para salir del yugo paterno
He abandonado a un
hombre para no ser esclava
SOY SOBREVIVIENTE.
Soy
okupa, activista, anarquista, pensadora, escritora…
y otras
veces, me hago la tonta...
Soy terapeuta, comunicadora, monitora
y autodidacta
Soy ecologista, pacifista, animalista, vegetariana
y vegana
Y otras veces doy la guerra con uñas y con
dientes
porque SOY SOBREVIVIENTE.
Soy lesbiana,
maraca, amante de un hombre o de varios
Amo, deseo, quiero y
desespero…
Visto ceñido, corta la falda, escote abierto…
O
no muestro nada [...]
SOY SOBREVIVIENTE.
Amo la
tierra, la luna, las bestias y a las diosas
Soy bruja, divina,
urbana, campesina, hipi y volada
Soy rockera, romántica,
folclórica y popular
Soy roja, negra, rojinegra y sobretodo
morada.
He sido golpeada, torturada, abusada y violada
He
sido presa política, rea común y mujer maldita
SOY
SOBREVIVIENTE.
Soy perseguida, culpabilizada,
juzgada,
condenada, burlada y calumniada
He sido quemada,
odiada, temida y avistada.
He sido ignorada, negada, obviada
y
eliminada de la Historia, de la Ciencia y de la Filosofía.
Pero
SOY SOBREVIVIENTE.
He sido trastocada, distorsionada,
olvidada, difuminada
Se han cooptado mis palabras y mis
símbolos
Se han confudido mis ideas
Se han experticiado
mis pensamientos
Se han psicologizado mis propuestas
Se han
vaciado mis consignas
Se han aprovechado de mis luchas
Pero,
quiéranlo o no, soy feminista, radical y autónoma
porque
SOY SOBREVIVIENTE.
Maya
Angelou, (1928-2014), EEUU, Y aún así, me levanto
Tú puedes escribirme en la
historia
con tus amargas, torcidas mentiras,
puedes
aventarme al fango
y aún así, como el polvo... me levanto.
¿Mi
descaro te molesta?
¿Porqué estás ahí quieto,
apesadumbrado?
Porque camino
como si fuera dueña de pozos
petroleros
bombeando en la sala de mi casa...
Como lunas y
como soles,
con la certeza de las mareas,
como las
esperanzas brincando alto,
así... yo me levanto.
¿Me
quieres ver destrozada?
cabeza agachada y ojos bajos,
hombros
caídos como lágrimas,
debilitados por mi llanto
desconsolado.
¿Mi arrogancia te ofende?
No lo tomes tan a
pecho,
Porque yo río como si tuviera minas de oro
excavándose
en el mismo patio de mi casa.
Puedes dispararme con tus
palabras,
puedes herirme con tus ojos,
puedes matarme con
tu odio,
y aún así, como el aire, me levanto.
¿Mi
sensualidad te molesta?
¿Surge como una sorpresa
que yo
baile como si tuviera diamantes
ahí, donde se encuentran mis
muslos?
De las barracas de vergüenza de la historia
yo me
levanto
desde el pasado enraizado en dolor
yo me
levanto
soy un negro océano, amplio e inquieto,
manando
me
extiendo, sobre la marea,
dejando atrás noches de temor, de
terror,
me levanto,
brindando los regalos legados por mis
ancestros.
Yo soy el sueño y la esperanza del esclavo.
Me
levanto.
Me levanto.
Me levanto.
Maya Angelou
Gioconda
Belli, NICARAGUA, Y Dios me hizo mujer
Y Dios me hizo mujer,
de
pelo largo,
ojos,
nariz y boca de mujer.
Con
curvas
y pliegues
y suaves hondonadas
y me cavó por
dentro,
me hizo un taller de seres humanos.
Tejió
delicadamente mis nervios
y balanceó con cuidado
el número
de mis hormonas.
Compuso mi sangre
y me inyectó con
ella
para que irrigara
todo mi cuerpo;
nacieron así
las ideas,
los sueños,
el instinto.
Todo lo que
creó suavemente
a martillazos de soplidos
y taladrazos de
amor,
las mil y una cosas que me hacen mujer todos los días
por
las que me levanto orgullosa
todas las mañanas
y bendigo
mi sexo.
Shirley
Campbell, COSTA RICA, Desde el principio
Primero
se nace
y se nace mujer
y se tienen manos
y se tiene
menos
se tienen ojos y se tienen hijos
se tienen besos
y
se tienen sueños.
Dije que se nace
y se nace mujer
se
tiene sexo de mujer
manos de mujer
palabras de mujer
se
nace mujer.
Luego una crece
y sigue siendo mujer
y
aprende a vivir
como una mujer
amar
como una
mujer
cuidar del mundo entero
como toda una mujer
soñar
los sueños
con sueños de mujer.
Y mientras una sigue
creciendo
se hace cada vez
más mujer
y aprende de
libertad
de castillos con reyes
de finales felices
se
aprende amar
como una mujer.
Pero de pronto una
descubre
que las manos las tiene vacías.
Y entonces un
día
una no quiere ser más
una mujer
porque serlo
no
es siempre tan bueno
ni tan dulce.
Porque serlo
es
a veces amargo
y duro
entonces una se subleva
se ve el
cuerpo
y las manos
se ve el sexo
se descubre toda
como
una mujer.
Entonces niega y reniega
maldice y discute
entonces
se subleva y denuncia
y entonces no
no
renuncia a ser.
Sólo piensa, decide, habla
y le avisa a
todos
que a partir de ahora
será
una mujer.
Shirley
Campbell, Rotundamente negra
Me
niego rotundamente
A negar mi voz,
Mi sangre y mi piel.
Y
me niego rotundamente
A dejar de ser yo,
A dejar de
sentirme bien
Cuando miro mi rostro en el espejo
Con mi
boca
Rotundamente grande,
Y mi nariz
Rotundamente
hermosa,
Y mis dientes
Rotundamente blancos,
Y mi piel
valientemente negra.
Y me niego categóricamente
A
dejar de hablar
Mi lengua, mi acento y mi historia.
Y
me niego absolutamente
A ser parte de los que callan,
De
los que temen,
De los que lloran.
Porque me
acepto
Rotundamente libre,
Rotundamente negra,
Rotundamente
hermosa.
Alba
Eiragi, PARAGUAY, La Diosa de la belleza
Yo soy la diosa de la belleza,
Nuestra
lengua es nuestra vida.
Yo soy la fruta silvestre.
La verde
selva me pertenece.
Me pertenece mi canto.
Las aves trinan
y cantan.
Las flores y las frutas me fortalecen.
La gran
cigarra saluda el día con su vigoroso canto.
La mujer selvática
es fuerte,
Su esencia es pura, su mirada es luz tenue de la
luna.
Nuestro canto y nuestra danza se nutren de nuestra
lengua.
La mujer fue hecha de frutas y flores.
Su voz es
panal de miel sabrosa,
Su sonrisa arrulla y con su amor
Engendra
vida en el universo.
Barbara Giorgi para Franca Rame, ITALIA, Llamadme
Bruja
No
importa quién soy. No importa cómo me llamo. Podéis llamarme
Bruja. Porqué de todas formas mi naturaleza es esta. Desde siempre,
a partir del primer vagido, del primer respiro de vida, de la primera
patada que tiré en el mundo.
Soy una de aquellas mujeres
que tienen el fuego en el alma, soy una de aquellas mujeres que
tienen la vista y el oído de un gato, soy una de aquellas mujeres
que hablan con los árboles y con las hormigas, soy una de aquellas
mujeres que tienen el cerebro de Hypatia, de Artemisia, de Madame
Curie. Y soy bella.
Tengo la belleza de la luz, tengo la
belleza de la armonía, tengo la belleza del mar en tormenta, tengo
la belleza de un tigre, tengo la belleza de los girasoles, de la
lavanda y también de la hierba grama. Por esto soy Bruja.
Soy
Bruja porqué soy diferente, soy única, soy otra, soy mi misma,
estoy fuera de las filas, estoy fuera de los esquemas, soy a-normal…
¡soy yo!
Soy Bruja porqué estoy orgullosa de mi ser
animal-mujer-gitana-artista y… ingeniera loca de mi vida. Soy Bruja
porqué sé utilizar la cabeza, porqué digo siempre lo que pienso,
porqué no tengo miedo de la palabra peligrosa y pruriginosa, de la
palabra poderosa y potente.
Soy Bruja porqué a menudo
fastidio a las Santas Inquisiciones de este extraño milenio, de esta
Edad Media de tribunales mediáticos y apáticos.
Soy
Bruja porqué las hogueras todavía existen y yo – antes o después
– podría acabar dentro.
Rupi Kaur, CANADA, Desde el principio
Primero se nace
y se
nace mujer
y se tienen manos
y se tiene menos
se
tienen ojos y se tienen hijos
se tienen besos
y se tienen
sueños.
Dije que se nace
y se nace mujer
se tiene
sexo de mujer
manos de mujer
palabras de mujer
se nace
mujer.
Luego una crece
y sigue siendo mujer
y aprende
a vivir
como una mujer
amar
como una mujer
cuidar
del mundo entero
como toda una mujer
soñar los sueños
con
sueños de mujer.
Y mientras una sigue creciendo
se hace
cada vez
más mujer
y aprende de libertad
de castillos
con reyes
de finales felices
se aprende amar
como una
mujer.
Pero de pronto una descubre
que las manos las tiene
vacías.
Y entonces un día
una no quiere ser más
una
mujer
porque serlo
no es siempre tan bueno
ni tan
dulce.
Porque serlo
es a veces amargo
y
duro
entonces una se subleva
se ve el cuerpo
y las
manos
se ve el sexo
se descubre toda
como una
mujer.
Entonces niega y reniega
maldice y discute
entonces
se subleva y denuncia
y entonces no
no
renuncia a ser.
Sólo piensa, decide, habla
y le avisa a
todos
que a partir de ahora
será
una mujer.
Waldyley
López, escritora en internet, Soy mujer guerrera
Aprendí
de la vida que hay que ser decidida,
aprendí de mi madre que
hay que ser muy guerrera,
la pasión, gallardía y la paciencia
en la espera.
Fui abandonada y traicionada
también,
subestimada y echada al olvido, lo sé,
pero
decidí dejar ir, lo que ya se fue.
Hoy soy guerrera, así
me proclamo,
no soy altanera, pero sé lo que valgo,
sé de
las bendiciones que la vida me ha dado.
Hoy soy valiente,
también soy muy fuerte,
no importa que el destino haya sido
inclemente,
y me haya mostrado lo mucho que duele.
Mi
fe y mi certeza me ha acompañado
por este camino del que casi
no salgo,
pero aquí victoriosa yo me levanto.
Somos
mujeres que no se han rendido,
somos aquellas que nada ha
vencido,
recuperamos el trono muy bien merecido.
Mujeres
que sanan, mujeres guerreras,
echándole ganas, fuertes y
fieras.
Somos mujeres que han sabido seguir,
no
importa el camino, lograremos el fin,
el reto será no rendirse,
ni dejarse rendir.
Mujeres que sanan porque saben que
valen,
que buscan la forma de seguir adelante.
Mujeres
que sanan, mujeres guerreras,
echándole ganas, fuertes y
fieras.
Jhoana
Patiño, COLOMBIA, poema en prosa de su libro titulado Ebano
Yo no soy un vientre, soy un ser,
yo no soy un hijo, soy una
mujer,
yo no soy un cuerpo que se toma, soy poder que se
cuestiona,
yo no soy un rol, soy relación para la creación,
yo
no soy una madre prometida, soy una posibilidad expandida,
yo no
soy sólo palabras, soy silencio y miedo,
yo no soy solo razón,
soy deseo y decisión
yo no soy sólo cuerpo, soy polvo de
estrellas y arenas del desierto,
yo no soy sólo un vientre, soy
poesía y canción,
yo no soy un rol, soy movimiento y
quietud,
soy sueños y tormentas,
yo no soy un vientre
prometido,
soy lo que quiero ser, soy lo que puedo ser,
soy
lo que debo ser, pero no soy lo que tengo que ser,
yo soy mujer
y me resisto a parir, sólo a parir,
quiero amar la vida, no
sólo la vida de unos hijos,
soy mujer y doy vida con mi
vida,
soy mujer y decido,
soy mujer y digo,
soy mujer
y no crío.
soy mujer aunque no tenga un hijo.
yo no soy un
vientre, soy vida.
Elvira Sastre, ESPAñA, Somos
mujeres
Miradnos.
Somos
la luz de nuestra propia sombra,
el reflejo de la carne que nos
ha acompañado,
la fuerza que impulsa a las olas más
minúsculas.
Somos el azar de lo oportuno,
la paz que
termina con las guerras ajenas,
dos rodillas arañadas que
resisten con valentía.
Miradnos.
Decidimos cambiar
la dirección del puño
porque nosotras no nos
defendemos:
nosotras luchamos.
Miradnos.
Somos,
también, dolor,
somos miedo,
somos un tropiezo fruto de la
zancadilla de otro
que pretende marcar un camino que no
existe.
Somos, también, una espalda torcida,
una mirada
maltratada, una piel obligada,
pero la misma mano que
alzamos
abre todas las puertas,
la misma boca con la que
negamos
hace que el mundo avance,
y somos las únicas
capaces de enseñar
a un pájaro a volar.
Miradnos.
Somos
música,
inabarcables, invencibles, incontenibles,
inhabitables,
luz en un lugar que aún no es capaz
de
abarcarnos, vencernos, contenernos, habitarnos,
porque
la belleza siempre cegó los ojos
de aquel que no sabía
mirar.
Nuestro animal es una bestia indomable
que
dormía tranquila hasta que decidisteis
abrirle los ojos con
vuestros palos,
con vuestros insultos, con este desprecio
que,
oídnos:
no aceptamos.
Miradnos.
Porque yo lo he
visto en nuestros ojos,
lo he visto cuando nos reconocemos
humanas
en esta selva que no siempre nos comprende
pero que
hemos conquistado.
He visto en nosotras
la armonía
de la vida y de la muerte,
la quietud del cielo y del suelo,
la
unión del comienzo y del fin,
el fuego de la nieve y la
madera,
la libertad del sí y el no,
el valor de quien
llega y quien se va,
el don de quien puede y lo
consigue.
Miradnos,
y nunca olvidéis que el universo
y la luz
salen de nuestras piernas.
Porque un mundo
sin mujeres
no es más que un mundo vacío y a oscuras.
Y
nosotras
estamos aquí
para despertaros
y encender la
mecha.
Alfonsina
Storni, ARGENTINA (1892-1938), Loba
Yo
soy como la loba.
Quebré con el rebaño
Y me fui a la
montaña
Fatigada del llano.
Yo tengo un hijo fruto del
amor, de amor sin ley,
Que no pude ser como las otras, casta de
buey
Con yugo al cuello; ¡libre se eleve mi cabeza!
Yo
quiero con mis manos apartar la maleza.
Mirad cómo se ríen y
cómo me señalan
Porque lo digo así: (Las ovejitas
balan
Porque ven que una loba ha entrado en el corral
Y
saben que las lobas vienen del matorral).
¡Pobrecitas y mansas
ovejas del rebaño!
No temáis a la loba, ella no os hará
daño.
Pero tampoco riáis, que sus dientes son finos
¡Y
en el bosque aprendieron sus manejos felinos!
No os robará la
loba al pastor, no os inquietéis;
Yo sé que alguien lo dijo y
vosotras lo creéis
Pero sin fundamento, que no sabe robar
Esa
loba; ¡sus dientes son armas de matar!
Ha entrado en el corral
porque sí, porque gusta
De ver cómo al llegar el rebaño se
asusta,
Y cómo disimula con risas su temor
Bosquejando en
el gesto un extraño escozor...
Id si acaso podéis frente a
frente a la loba
Y robadle el cachorro; no vayáis en la
boba
Conjunción de un rebaño ni llevéis un pastor...
¡Id
solas! ¡Fuerza a fuerza oponed el valor!
Ovejitas, mostradme
los dientes. ¡Qué pequeños!
No podréis, pobrecitas, caminar
sin los dueños
Por la montaña abrupta, que si el tigre os
acecha
No sabréis defenderos, moriréis en la brecha.
Yo
soy como la loba. Ando sola y me río
Del rebaño. El sustento
me lo gano y es mío
Donde quiera que sea, que yo tengo una
mano
Que sabe trabajar y un cerebro que es sano.
La que
pueda seguirme que se venga conmigo.
Pero yo estoy de pie, de
frente al enemigo,
La vida, y no temo su arrebato fatal
Porque
tengo en la mano siempre pronto un puñal.
El hijo y después yo
y después... ¡lo que sea!
Aquello que me llame más pronto a
la pelea.
A veces la ilusión de un capullo de amor
Que yo
sé malograr antes que se haga flor.
Yo soy como la loba,
Quebré
con el rebaño
Y me fui a la montaña
Fatigada del llano.
Alfonsina Storni en 1925, Archivo Caras y Caretas
Alfonsina
Storni, Oveja descarriada
Oveja descarriada, dijeron
por ahí.
Oveja descarriada. Los hombros encogí.
En
verdad descarriada. Que a los bosques salí;
Estrellas de los
cielos en los bosques pací
En verdad descarriada. Que el
oro que cogí
No me duró en las manos y a cualquiera lo di.
En
verdad descarriada, que tuve para mí
El oro de los cielos por
cosa baladí.
Es verdad descarriada, que estoy de paso
aquí.
Patricia
Karina Vergara Sánchez, MEXICO, Soy india
Soy
india.
Morena, chata de la cara,
en un país
obsesivamente
racista.
Soy lesbiana,
en una nación
que
compulsivamente me persigue.
Insisto,
en la libertad
de decidir sobre mi cuerpo,
en territorio
de quienes
realizan leyes
que buscan doblegarme.
No creo en su
dios,
aun cuando habito un Estado
opresivamente
católico.
Invoco a las diosas,
dentro de un
patriarcado
que hace miles de años intenta
ocultarlas.
Participo en la lucha laboral,
de un
pueblo
ya comerciado y en las manos del patrón.
Conozco
la importancia
de la labor contestataria,
cuando en mi
patria
se encarcela a quien disiente.
Soy
antiimperialista,
viviendo al lado de Bush.
Soy
gorda,
en la cuna
de la tortura estética,
de la
anorexia y de la bulimia.
He dado a luz,
en una
era
que acabó con la esperanza,
ya hace tiempo.
Le
apuesto a la lucha libertaria,
en el reino del televisor.
Soy
pobre,
en un planeta
en donde comen migajas
tantos
millones de pobres.
Soy feminista,
en una tierra
hostil
a la palabra mujer.
Soy mujer.
En un
tiempo
en que el feminicidio
nos ha vuelto
desechables.
Por supuesto,
dicen que estoy
loca,
extremadamente loca.
Que soy rara, que me he
vuelto extraña.
Que no tengo lugar en el mundo.
Entonces,
no me queda de otra:
Tengo que darle nombre al racismo,
que
señalar el desprecio,
que elegir sobre mi vida,
que
armarme antipatriarcal,
que inventar la fe para dársela a mi
hija,
que rebelarme contra el patrón,
que escribir por la
libertad a las presas políticas.
que denunciar al imperio,
que
amar mi cuerpo,
que apagar el televisor,
que mostrar mis
bolsillos,
que actuar contra la misoginia,
que buscar
justicia para las mías,
que demandar castigo a los
asesinos.
Es por todo ello,
que no tengo más
remedio
que darles la mala noticia
a las buenas y
tranquilas conciencias:
Estoy aquí.
Exigiendo a
gritos,
la parte que me corresponde del mundo.
Y no voy a
callarme la boca, ni a desaparecer.
Berta
Villanueva, CHILE, Soy mujer aymara
Yo,
conozco lo que valgo como mujer
Dondequiera me alzo,
Yo,
hombre; yo mujer.
Para mí cualquier trabajo
En el frío,
en el calor
Es lo mismo
No me asusto.
Sé afrontar al
sol y al viento.
La piedra grande, el palo grande son míos.
De
nada me asusto.
Soy mujer Aymara.
Sólo el flojo teme al
frío y al calor.
Sólo el flojo de hambre muere.
Soy mujer
Aymara, no me asusto.
Para una huérfana
el palo, la piedra hablan. No eso temo
Soy mujer Aymara.
Teresa
Wilms Montt, CHILE (1893-1921), Autodefinición
Soy
Teresa Wilms Montt
y aunque nací cien años antes que tú,
mi
vida no fue tan distinta a la tuya.
Yo también tuve el
privilegio de ser mujer.
Es difícil ser mujer en este mundo.
Tú
lo sabes mejor que nadie.
Viví intensamente cada respiro y cada
instante de mi vida.
Destilé mujer.
Trataron de
reprimirme, pero no pudieron conmigo.
Cuando me dieron la
espalda, yo di la cara.
Cuando me dejaron sola, di
compañía.
Cuando quisieron matarme, di vida.
Cuando
quisieron encerrarme, busqué libertad.
Cuando me amaban sin
amor, yo di más amor.
Cuando trataron de callarme,
grité.
Cuando me golpearon, contesté.
Fui
crucificada, muerta y sepultada,
por mi familia y la
sociedad.
Nací cien años antes que tú
sin embargo te veo
igual a mí.
Soy Teresa Wilms Montt,
y no soy apta
para señoritas.
II - HOMENAJES A NUESTRAS ANCESTRAS
Linaje, por Gina Livingston Murray
Este apartado reúne una serie de poemas que muestran el orgullo de las poetas hacia nuestras antepasadas, aquellas mujeres que lucharon por nosotras, así como la reivindicación de las mismas y la denuncia de su olvido por la historia androcéntrica. En este apartado, encontrarán un poema escrito por una niña que, en aquel momento, tenía nueve años. Su edad fue motivo de dudas por parte de muchas personas al publicarla. Esto demuestra que aún nos queda mucho por avanzar en la igualdad cuando se duda de la autoría de una niña que escribe tempranamente. Gracias Eva.
Begoña
Abad, España, Nacidas a la izquierda del padre
Nos
han quemado en la hoguera del difunto marido.
Nos han alejado
por impuras.
Nos han condenado a los trabajos más duros.
Nos
han bajado de la peana de diosas
dividiéndonos en dos dioses
varones.
Nos han lapidado por adúlteras.
Nos han
etiquetado como débiles mentales y físicas.
Nos han utilizado
como esclavas del hombre.
Nos han vendido o cambiado por
ganado.
Nos han condenado y mutilado.
Nos han violado como
carne sin alma.
Nos han hecho creer que agriamos el
vino,
secamos las semillas y oxidamos los metales
Nos
crearon de la costilla de varón.
Fuimos causa de los males de
la tierra.
Nos han impedido decidir si queremos o no ser
madres,
y a la vez nos han esterilizado sin permiso
como
modo de detener la pobreza
y salvar así el culo del político
de turno.
Los varones que lo han hecho y los que lo han
consentido,
han olvidado que nacieron de mujer, inevitablemente.
Yuli
Bagon (Podéis ayudanos? No hemos encontrado a esta poeta!!!)
Cada color que entrelazo, con su trama y su urdimbre
Van
creando una historia, de aquellas mujeres libres.
Las que
aprendieron a bordar con un fusil en la mano
Las que cantaron al
amor y nunca jamás se casaron.
Esas mujeres de antaño,
esas que nos precedieron.
Las que libraban batallas y que nunca
perecieron.
En ellas pienso ahora, cuando cambio de
costado,
estas afiladas agujas que tejen un entramado.
No
es de rojas ni pelonas la bandera tricolor
Es de tiempos ya
olvidados, aquella que se votó.
Y entretejo su recuerdo, entre
orgullo y dolor
Abrigaré mi garganta cuando cantes cara al sol.
Rosa
Berbel, España, Justicia poética
Quiero conocer a todas mis
madres,
reconstruir mi linaje y mi conciencia
a partir de
los versos, las renuncias,
las huellas de todas las mujeres
que
he sido al mismo tiempo.
Quiero una larga estirpe de
mujeres valientes,
que han escrito poemas
después de hacer
la cena
y han vivido el exilio
dentro del
dormitorio.
Reconocerlas libres, brillantes y
caóticas
retratando monarcas,
sublevando las
formas,
componiendo sonetos
en una Europa en
llamas.
Quiero sobrellevar la carga de la
historia,
convertirme en relevo,
nombrarlas
sin
esfuerzo.
Pronunciar con propiedad
el término familia.
Eva
Díaz Casas, A todas mis hermanas (Nuestra futura gran poeta y activista)
El
techo de cristal,
la pared de ladrillo,
la puerta de
madera,
las mujeres, compañeras.
¿A la mujer la
vais a discriminar?
Pues entonces habrá que luchar.
Nos
queda la protesta,
porque hay violaciones y ninguna con
respuesta.
Cuando el amor de alguien te cubre,
en
algunos casos te destruye.
No es lo que parece, sólo
querían
que en esa trampa el tiempo tú perdieses.
Qué
ingenuas, se creen
que las mujeres tenemos dueño.
Qué
idiotas, nos intentan
asfixiar como olas.
Nos tapan la
luz,
y sin ninguna virtud.
¿Cómo sería vivir en un
mundo machista?
Ya lo hago,
pero la sororidad va
ganando.
Todas juntas, unidas luchamos,
para que nos
devuelvan lo que en siglos nos quitaron.
Inma Guillén, España, Homenaje a las que me precedieron
Fui
al encuentro del olvido
y encontré una senda.
Una senda de
flores blancas,
sembrada de verdes olivos.
Marqué
mis pasos
sin hacer ruido,
pasos grabados
en libros
vacíos.
¿Dónde están las mujeres?
Entre el
silencio
de desnudas paredes
de mudos versos,
de
labios callados,
de gritos presos.
Presos de
injusticia,
presos de miedo.
Miedo a no ser,
temor a
no estar...
¿Dónde están las mujeres?
En las
curvas de las letras,
en los silencios de la música,
en
los colores mágicos
en el alma oculta.
¿Dónde
están las mujeres?
Ana Ilse Gómez, Nicaragua, Ama
del día
Yo
soy la suma de todas ustedes,
mujeres encerradas en la
Biblia
con sus sencillas o cruciales historias.
La suma de
todas las que andan
sueltas por el mundo
haciéndolo más
claro o más liviano.
De ustedes vengo. De las fuertes,
las
vírgenes, las grávidas,
las que pagaron caro, las
esclavas.
Vengo de la caracola convertida a través
de los
siglos en doncella,
de la piedra estrujada que luego devino
en
cuerpo de alfarera.
La voz de ustedes es mi voz,
mujeres
lejanas
mujeres de mi tiempo
por ustedes canto y brillo
como la más
simple de todas las estrellas.
Yo soy la
suma de todas ustedes
hilanderas, amantes, agoreras,
de la
historia de ustedes nace
el río inacabable de mi pelo,
por
ustedes canto y oficio
la liturgia estremecida del poema,
sabias
mujeres que me sucederán luego
descabelladas
tercas
increíbles
mujeres
amas absolutas de las cenizas
y del fuego.
Guisela LÓPEZ, Guatemala, Presentes
Soy
la advenediza
la que llegó al banquete
cuando los
invitados comían los postres
Se preguntaron
quién
osaba interrumpirlos
de dónde era
cómo me atrevía a
emplear su lengua
Si era hombre o mujer
qué
atributos poseía
se preguntaron por mi estirpe
“Vengo
de un pasado ignoto –dije–
de un futuro lejano todavía
Pero
en mis profecías hay verdad
Elocuencia en mis palabras
¿Iba
a ser la elocuencia
atributo de los hombres?
Hablo la
lengua de los conquistadores,
es verdad,
aunque digo lo
opuesto de lo que ellos dicen.”
Soy la advenediza
la
perturbadora
la desordenadora de los sexos
la
transgresora
Hablo la lengua de los conquistadores
pero
digo lo opuesto de lo que ellos dicen.
Guisela
López, Es necesario
Es
necesario
revertir el hechizo.
Ese,
que borra a las
mujeres
de los libros de historia,
de las esferas de
poder,
de las antologías.
Ese,
que las encierra
entre
cuatro paredes,
con solo
colocarles un anillo.
Gabriela
Mistral, Chile (1889-1957), La mujer fuerte
Me
acuerdo de tu rostro que se fijó en mis días,
mujer de saya
azul y de tostada frente,
que en mi niñez y sobre mi tierra de
ambrosía
vi abrir el surco negro en un abril ardiente.
Alzaba
en la taberna, honda, la copa impura
el que te apegó un hijo al
pecho de azucena,
y bajo ese recuerdo, que te era
quemadura,
caía la simiente de tu mano, serena.
Segar
te vi en enero los trigos de tu hijo,
y sin comprender tuve en
ti los ojos fijos,
agrandados al par, de maravilla y llanto.
Y
el lodo de tus pies todavía besara,
porque entre cien mundanas
no he encontrado tu cara
¡y aún te sigo en los surcos la sombra
con mi canto!
Gabriela Mistral
Lucía
Sánchez Saornil, España (1895-1970), Romance de La Libertaria
María
Silva por nombre
ya era un romance certero.
María Silva
traía
los grandes ojos ardiendo,
muda su lengua
andaluza
pálido el rostro moreno
y un espasmo de
terror
por las entrañas adentro.
Estampa de noche
trágica.
Benalud, en su recuerdo,
raía como una lima
la
carne de su cerebro,
cerebro de niña pobre,
sin pan, sin
libro y sin credo.
En una disputa trágica
gritan la
llama y el viento;
rayan la noche fusiles
con resplandores
siniestros,
buscando al hombre en el monte
como al lobo
carnicero.
Dieciséis años tenía
María Silva
incompletos.
Ay, María Silva Cruz,
nieta del bravo
'Seisdedos';
tus piernas de corza joven
hacen competencia
al viento!
Corre hacia los negros campos;
corre viva,
corre presto;
salva tus dieciséis años,
tu vida en flor,
que aún es tiempo!
Salta las tapias enanas,
busca refugio
en los cerros;
chacales con voz humana
siguen tu rastro
sangriento.
Corre, María Silva, corre!
Y el sol la
alumbró corriendo
por caminos de jerez,
duros de noche y
de invierno
A la zaga iba el destino
como una fiera al
acecho!
Lucía Sánchez Saornil
III - YO ACUSO
He titulado esta parte así porque las poetas, en palabras llanas, "se quedaron a gusto". Acusan, denuncian, desprecian incluso, sin por ello mostrar vulgaridad, sino una rabia que debemos tener siempre para no dejarnos pisar por nada ni por nadie. Curiosamente, casi todas las poesías de esta sección están escritas por pioneras del Siglo de Oro español. Personalmente, Sor Juana Inés de la Cruz o María de Zayas me apasionan, y creo que el alumnado, al leer estos poemas, no debe conocer la época y así se les dé la ocasión de especular sobre el contexto. En mi experiencia, les digo que alucinarán.
Sor Juana Inés de la Cruz, Retrato de Miguel Cabrera (1750)
Sor
Juana Inés de la Cruz, México (1651-1695), Hombres necios que acusáis
Hombres
necios que acusáis
a la mujer sin razón,
sin ver que sois
la ocasión
de lo mismo que culpáis.
Si con ansia
sin igual
solicitáis su desdén,
¿por qué queréis que
obren bien
si las incitáis al mal?
Combatís su
resistencia
y luego con gravedad
decís que fue
liviandad
lo que hizo la diligencia.
Parecer quiere
el denuedo
de vuestro parecer loco
al niño que pone el
coco
y luego le tiene miedo.
Queréis con presunción
necia
hallar a la que buscáis,
para pretendida, Tais,
y
en la posesión, Lucrecia.
¿Qué humor puede ser más
raro
que el que, falto de consejo,
él mismo empaña el
espejo
y siente que no esté claro?
Con el favor y el
desdén
tenéis condición igual,
quejándoos, si os tratan
mal,
burlándoos, si os quieren bien.
Opinión
ninguna gana,
pues la que más se recata,
si no os admite,
es ingrata,
y si os admite, es liviana.
Siempre tan
necios andáis
que con desigual nivel
a una culpáis por
cruel
y a otra por fácil culpáis.
¿Pues cómo ha
de estar templada
la que vuestro amor pretende,
si la que
es ingrata ofende
y la que es fácil enfada?
Mas
entre el enfado y pena
que vuestro gusto refiere,
bien haya
la que no os quiere
y queja enhorabuena.
Dan vuestras
amantes penas
a sus libertades alas
y después de hacerlas
malas
las queréis hallar muy buenas.
¿Cuál mayor
culpa ha tenido
en una pasión errada:
la que cae de
rogada
o el que ruega de caído?
¿O cuál es más de
culpar,
aunque cualquiera mal haga:
la que peca por la
paga
o el que paga por pecar?
¿Pues para qué os
espantáis
de la culpa que tenéis?
Queredlas cual las
hacéis
o hacedlas cual las buscáis.
Dejad de
solicitar
y después con más razón
acusaréis la
afición
de la que os fuere a rogar.
Bien con muchas
armas fundo
que lidia vuestra arrogancia,
pues en promesa e
instancia
juntáis diablo, carne y mundo.
Catalina
Clara Ramírez de Guzmán, España (1611-1684 o 85), A político grandilocuente que ampara al payo(Soneto I)
Mirando en libertad esa
estatura,
con ganas de catarla me he quedado
y, por verte,
valiente, tan votado,
saber quisiera encipotar figura.
Lástima
tengo si libido en clausura,
jode to lo social de tan
menguado.
Flácido racional, polvo mermado,
castrante
humano, brava caradura:
y si eres tan feroz, pues
adivina
dónde a la izquierda estás, tan escondido
que el
más perspicaz no determina
o cómo te concedes al
jodido.
En tanto que esta duda se examina,
tu soberbia
desmiente a lo sabido.
Patricia
Karina Vergara Sánchez, Desde la insignificancia
¿Cómo
te atreves?
Insolente.
Pretendes calificarme
sin
saber cómo se vive
desde la orilla del acantilado.
Tú,
ostentando propiedad
del mundo.
de su idea moral
y del
buen proceder.
Te estorbo tanto,
que sería
largo
tratar de enumerar,
en exacto,
aquello que
juzgas.
Que me he negado
a ser tu musa
o la
imagen étnica
que te justifica.
Que me he cansado
de
la servidumbre.
Que estoy harta
de la incondicionalidad
absurda.
Probablemente,
es porque tomé la opción
de
abrir la mirada,
de escuchar mi voz,
de nombrar a mi
hermana,
y hube de apropiarme
de mi hacer
autonomía.
Entonces, me acusas:
Que soy
vanidosa.
Que me falta sabiduría
- para entender tus
reglas-.
Que de mi boca salen mentiras
- porque no me
puedo tragar tus verdades-.
Porque tomé la
palabra.
Porque inventé mi camino.
Me llamas infiel.
Otra
vez soy la hereje.
Nuevamente, la pecadora.
Tú,
desde la altura iluminada,
sentencias, como si pudieras,
sobre
el alma mía,
y me llamas mujer de oscuridad.
Desde
tus altares,
ante tus tribunas,
empuñando tu cetro.
Has
ordenado desfigurar
la imagen de mi rostro.
Has intentado
borrar mi nombre
de los testimonios.
Pero,
no
logras el olvido
de mi existencia.
Déjame,
Déjame.
Elijo ser la paria.
La infecciosa.
La
insuficiente.
Me quedo aquí,
vanidosa,
instintiva,
con
mi inteligencia poca,
con mi verdad sombría.
Me
quedo aquí,
Sentada en mi soberbia.
Ya que una cosa
entiendo.
Una sola, es cierto:
Si ando tan
errada;
Si tengo el camino tan perdido;
Por qué insistir
en negar
lo que no cuenta.
Por qué tú, desde el
poder,
te ocupas de contenerme,
de acosarme, de
acorralarme.
Por qué, si soy apenas nada.
Por
qué, entonces,
mis preguntas abren grietas.
Por qué
si cuestiono yo,
tú y tus jerarquías remojan cimientos.
Por
qué, si abro yo la boca,
tú tiemblas.
Adela
Zamudio, Bolivia (1854-1928), Nacer hombre
Cuánto
trabajo ella pasa
Por corregir la torpeza
De su esposo, y
en la casa,
(Permitidme que me asombre).
Tan inepto como
fatuo,
Sigue él siendo la cabeza,
Porque es hombre!
Si
algunos versos escribe,
De alguno esos versos son,
Que ella
sólo los suscribe.
(Permitidme que me asombre).
Si ese
alguno no es poeta,
Por qué tal suposición
Porque es
hombre!
Una mujer superior
En elecciones no vota,
Y
vota el pillo peor.
(Permitidme que me asombre).
Con tal
que aprenda a firmar
Puede votar un idiota,
Porque es
hombre!
El se abate y bebe o juega.
En un revés de
la suerte:
Ella sufre, lucha y ruega.
(Permitidme que me
asombre).
Que a ella se llame el «ser débil»
Y a él se
le llame el «ser fuerte».
Porque es hombre!
Ella
debe perdonar
Siéndole su esposo infiel;
Pero él se puede
vengar.
(Permitidme que me asombre).
En un caso
semejante
Hasta puede matar él,
Porque es hombre!
Oh,
mortal privilegiado,
Que de perfecto y cabal
Gozas seguro
renombre!
En todo caso, para esto,
Te ha bastado.
Adela Zamudio
María
de Zayas, España (1590- a partir de 1647), Gallarda condición
Gallarda condición, Cupido, tengo,
muchos
amantes en mi alma caben,
mi nuevo amartelar todos
alaben
guardando la opinión que yo mantengo.
Hombres,
así vuestros engaños vengo;
guardémonos de necias que no
saben,
aunque más su firmeza menoscaben,
entretenerse como
me entretengo.
Si un amante se ausenta, enoja o muere,
no
ha de quedar la voluntad baldía,
porque es la ociosidad muy
civil cosa.
Mal haya la que solo un hombre quiere,
que
tener uno solo es cobardía;
naturaleza es vana y es hermosa.
Llegamos
aquí presurosas…
Hemos venido,
convocadas por un
sueño.
Las mujeres
recorremos las plazas del
mundo
desplegando palabras.
Hemos llegado de todas
partes
unas tristes,
otras alegres
algunas
rotas.
Trazando arcoiris
con nuestros colores de
piel,
constelaciones
con nuestras miradas.
Nos
encontramos
proclamando la soberanía de nuestros
cuerpos,
defendiendo la libertad de nuestros pasos.
Haciendo
resonar nuestra voz.
de continente a continente.
Transgrediendo
mandatos,
construyendo metáforas amables
con la fuerza de
nuestros deseos.
Enlazándonos,
más allá de nuestra
edad
y nuestras nacionalidades.
Acarreando
esperanzas
en la desesperanza.
Tejiendo
redes,
laboriosas arañas.
Construyendo
ciudadanía
centímetro a centímetro.
Transformando
la realidad
con nuestros caminares,
incursionando el
viento
vestidas de cometas,
despeinadas de
flores,
deliberadas,
presentes,
en esta marcha por la
vida.
Ilustración de María de Zayas
IV - TOCAN A UNA, NOS TOCAN A TODAS / SOY MUJER
Para terminar, es necesario que apliquemos la denuncia a través de los versos, pues, como decía Celaya, "la poesía es un arma cargada de futuro", pero también, que nos sintamos unidas y que las poetas lo expresen.
Victo Ngai - Morgan Gaynin Inc
Gioconda
Belli, Amanece con pelo largo el día curvo de las mujeres
Amanece
con pelo largo el día curvo de las mujeres,
¡Qué poco es un
solo día, hermanas,
qué poco, para que el mundo acumule flores
frente a nuestras casas!
Desde la cuna donde nacimos hasta la
tumba donde dormiremos
-toda la atropellada ruta de nuestras
vidas-
deberían pavimentar de flores para celebrarnos
(que
no nos hagan como a la Princesa Diana que no vio, ni oyó
las
floridas avenidas postradas de pena de Londres)
Nosotras
queremos ver y oler las flores.
Queremos flores de los que
no se alegraron cuando nacimos hembras
en vez de
machos,
Queremos flores de los que nos cortaron el clítoris
Y
de los que nos vendaron los pies
Queremos flores de quienes no
nos mandaron al colegio para que cuidáramos a los hermanos y
ayudáramos en la cocina
Flores del que se metió en la cama de
noche y nos tapó la boca para violarnos mientras nuestra madre
dormía
Queremos flores del que nos pagó menos por el trabajo
más pesado
Y del que nos despidió cuando se dio cuenta que
estábamos embarazadas
Queremos flores del que nos condenó a
muerte forzándonos a parir
a riesgo de nuestras vidas
Queremos
flores del que se protege del mal pensamiento
obligándonos al
velo y a cubrirnos el cuerpo
Del que nos prohíbe salir a la
calle sin un hombre que nos escolte
Queremos flores de los que
nos quemaron por brujas
Y nos encerraron por locas
Flores
del que nos pega, del que se emborracha
Del que se bebe
irredento el pago de la comida del mes
Queremos flores de las
que intrigan y levantan falsos
Flores de las que se ensañan
contra sus hijas, sus madres y sus nueras
Y albergan ponzoña en
su corazón para las de su mismo género
Tantas flores
serían necesarias para secar los húmedos pantanos
donde el
agua de nuestros ojos se hace lodo;
arenas movedizas tragándonos
y escupiéndonos,
de las que tenaces, una a una, tendremos que
surgir.
Amanece con pelo largo el día curvo de las
mujeres.
Queremos flores hoy. Cuánto nos corresponde.
El
jardín del que nos expulsaron.
Gioconda
Belli, Consejos para la mujer fuerte
Si
eres una mujer fuerte
protégete de las alimañas que
querrán
almorzar tu corazón.
Ellas usan todos los
disfraces de los carnavales de la tierra:
se visten como culpas,
como oportunidades, como precios que hay que pagar.
Te hurgan el
alma; meten el barreno de sus miradas o sus llantos
hasta lo más
profundo del magma de tu esencia
no para alumbrarse con tu
fuego
sino para apagar la pasión
la erudición de tus
fantasías.
Si eres una mujer fuerte
tienes que saber
que el aire que te nutre
acarrea también parásitos,
moscardones,
menudos insectos que buscarán alojarse en tu
sangre
y nutrirse de cuanto es sólido y grande en ti.
No
pierdas la compasión, pero témele a cuanto conduzca
a negarte
la palabra, a esconder quién eres,
lo que te obligue a
ablandarte
y te prometa un reino terrestre a cambio
de la
sonrisa complaciente.
Si eres una mujer fuerte
prepárate
para la batalla:
aprende a estar sola
a dormir en la más
absoluta oscuridad sin miedo
a que nadie te tire sogas cuando
ruja la tormenta
a nadar contra corriente.
Entrénate en
los oficios de la reflexión y el intelecto
Lee, hazte el amor a
ti misma, construye tu castillo
rodéalo de pozos profundos
pero
hazle anchas puertas y ventanas.
Es menester que cultives
enormes amistades
que quienes te rodean y quieran sepan lo que
eres
que te hagas un círculo de hogueras y enciendas en el
centro de tu habitación
una estufa siempre ardiente donde se
mantenga el hervor de tus sueños.
Si eres una mujer
fuerte
protégete con palabras y árboles
e invoca la
memoria de mujeres antiguas.
Haz de saber que eres un campo
magnético
hacia el que viajarán aullando los clavos
herrumbrados
y el óxido mortal de todos los naufragios.
Ampara,
pero ampárate primero
Guarda las distancias
Constrúyete.
Cuídate
Atesora tu poder
Defiéndelo
Hazlo
por ti
Te lo pido en nombre de todas nosotras.
María
Beneyto, España (1925-2011), Diez veces siete y una más
Diez
veces siete y una más. Ya sabes:
setenta y siete cabriolas,
once
mujeres de cristal que se rompieron
en mí, y en mí
se quedan enterradas,
calcinadas algunas, otras libres
de
escogerse final. Yo, soportándolas,
muriéndome con ellas, como
ellas
se morirán conmigo. Once mujeres
en donde estoy,
salen a escena juntas
se despiden por mí con
reverencias
teatrales, y acusan al misterio
de tenerlas con
fuerza encadenadas
las unas a las otras. Yo renuncio
en su
favor, a lo que me negasteis.
Ellas serán, así, mis
sustitutas,
soportarán mejor el menosprecio,
y hasta
quizás pondrán la otra mejilla
a vuestras manos sucias. No me
importa
esa puesta en escena. Me despido
en voz baja o
afónica, en la esquina
de la pena, con todos mis
errores
alrededor. Que Dios os dé la vida
que merecéis, y
a mí me dé el descanso
de no pertenecer a vuestro
mundo
brutal, machista, hipócrita y cobarde.
Once mujeres
os dirán que lloro
perdón y amor aún. Y,
genuflexas,
esperarán que me aplaudáis la huida.
María Beneyto
Mere
Echagüe, Argentina, Si me matan
Si me matan un lunes
no digas que me lo busqué.
Decí
que salí de laburar
y me tomé tarde el tren
no tuve
tiempo de preparar la cena
el resto ya lo sabés.
Si
me matan un martes
no digas que me lo busqué.
No creas que
quiero
que mis hijos pierdan a su madre
y transiten la
angustia de saber
que me han dolido hasta la muerte
los
golpes de miles de puños
que hace siglos denuncié.
Si
me matan un miércoles
no digas que me lo busqué.
Decí
que me puse una pollerita
y salí a fumar un faso
a la
plaza de mi barrio
adonde vos también fumás
y ves cómo
me venden en papelitos
cómo me agarran el culo
cómo me
muestran el arma
la que cuelga de la cintura
la que cuelga
entre las piernas.
Si me matan un jueves
no digas que
me lo busqué.
Decí que soy una piba como cualquier otra
que
salió a bailar con las amigas
que le gusta la cerveza
que
le gusta la coca y el fernet
que cuando dice no, es no
y no
lo podés entender.
Si me matan un viernes
no digas
que me lo busqué.
Decí que salí a romper iglesias
porque
mi santo no está de turno
mis derechos tampoco
porque una
vez no di limosna
porque unas cuantas veces pequé.
Si
me matan un sábado
no digas que me lo busqué.
Decí que
me metieron presa
por sacarme de adentro tu semilla
que yo
no quiero
ni vos
y me morí de impotencia.
Si me
matan un domingo
no digas que me lo busqué.
Gritá bien
fuerte
que lo hicieron porque soy mujer.
Alaíde
Foppa, España (1914-1980), Ella siente a veces
Ella se siente a veces
como
cosa olvidada
en el rincón oscuro de la casa
como fruto
devorado adentro
por los pájaros rapaces,
como sombra sin
rostro y sin peso.
Su presencia es apenas
vibración
leve
en el aire inmóvil.
Siente que la traspasan las
miradas
y que se vuelve niebla
entre los torpes brazos
que
intentan circundarla.
Quisiera ser siquiera
una naranja
jugosa
en la mano de un niño
-no corteza vacía-
una
imagen que brilla en el espejo
-no sombra que se esfuma-
y
una voz clara-no pesado silencio-
alguna vez escuchada.
Alaíde Foppa
Pilar
Iglesias Aparicio, España, Cuerpo de mujer
Soy
ese cuerpo que
insultan, humillan, mutilan, golpean.
Soy
ese cuerpo
mil veces violado y escarniado
por el simple
hecho de ser cuerpo de mujer.
Soy ese cuerpo
cubierto,
ocultado, prohibido, lapidado.
Soy ese cuerpo, objeto, no
sujeto,
para la mirada y el placer ajeno.
Soy ese cuerpo
mil veces vendido
y comprado, prostituido, vejado,
utilizado,
estrujado, flagelado,
condenado, asesinado…
por ser
cuerpo de mujer.
Mas también soy, sí
Soy ese cuerpo
de mujer valiente y luchadora.
Soy el cuerpo que grita y reclama
sus derechos.
Soy el cuerpo que ocupa las fábricas y la
Academia,
que labra la tierra, pare las criaturas,
encabeza
las revoluciones,
reivindica derechos sin violencia,
se
encadena en sororidad con otros cuerpos de mujeres,
y hace
avanzar la historia sin disparar
ni hacer correr sangre de
muerte.
Soy el cuerpo de la sangre de vida,
soy el cuerpo
de la amante, la madre,
la lesbiana, la obrera, la campesina, la
política, la doctora, la ingeniera,
una y mil mujeres yo
soy.
Soy el cuerpo de las mujeres libres, imparables, fuertes,
valientes.
Cristina
Peri Rossi, Uruguay, Condición de mujer
IVepifanía
Sonaron
sus pasos
en tierra de la injusticia.
Yo te he nombrado
injusta,
pues así te has proclamado.
De esa forma sonaron
sus pasos:
desolados.
Dime mujer,
¿cómo te
sientes?
Tú que miras la Luna
buscando en la nostalgia de
sus versos
reflejarte,
y en las ráfagas de tinta de su
almas,
encontrarte.
En la tierra no has sido valorada,
mujer,
pero no fue en vano tu existencia.
Dime,
¿cómo
podría serlo?
Tú que pisaste este mundo convertida en
arte.
Hasta el último hálito,
cuerpos mortales
lucharon
por una vida rota.
Hoy,
de mi sombrero me desprendo,
pues
mujer,
del arte yo dependo.
Florencia
Pinar, España (1470-1530), Otra canción de la misma señora a unas perdices que le
enviaron vivas
Destas
aves su nación
Es cantar con alegría,
Y de vellas en
prisión
Siento yo grave pasión,
Sin sentir nadie la
mía.
Ellas lloran que se vieron
Sin temor de ser
cativas,
Y a quien eran más esquivas
Esos mismos las
prendieron.
Sus nombres mi vida son
Que va perdiendo
alegría,
Y de vellas en prisión
Siento yo grave
pasión,
Sin sentir nadie la mía.
Magda
Portal, Perú (1900-1989), Liberación
Un
día seré libre, aún más libre que el viento,
será claro mi
canto de audaz liberación
y hasta me habré librado de este
remordimiento
secreto que me hunde su astilla al corazón.
Un
día seré libre con los brazos abiertos,
con los ojos abiertos
y limpios frente al sol,
el Miedo y el Recuerdo no estarán
encubiertos
y agazapados para desgarrarme mejor.
Un día
seré libre . . . Seré libre presiento,
con una gran sonrisa a
flor de corazón,
con una gran sonrisa como no tengo hoy.
Y
ya no habrá la sombra de mi remordimiento,
el cobarde silencio
que merma mi Emoción.
Un día habré logrado la verdad de mi
Yo!
Magda Portal
Lucía Sánchez Saornil, Himno
de Mujeres Libres
Puño
en alto mujeres de Iberia
hacia horizontes preñados de luz
por
rutas ardientes,
los pies en la tierra
la frente en lo
azul.
Afirmando promesas de vida
desafiamos la
tradición
modelemos la arcilla caliente
de un mundo que
nace del dolor.
¡Qué el pasado se hunda en la nada!
¡qué
nos importa el ayer!
Queremos escribir de nuevo
la palabra
MUJER.
Puño en alto mujeres del mundo
hacia
horizontes preñados de luz,
por rutas ardientes,
adelante,
adelante,
de cara a la luz.
Ida
Vitale, Uruguay, Fortuna
Por
años, disfrutar del error
y de su enmienda,
haber podido
hablar, caminar libre,
no existir mutilada,
no entrar o sí
en iglesias,
leer, oír la música querida,
ser en la noche
un ser como en el día.
No ser casada en un
negocio,
medida en cabras,
sufrir gobierno de parientes
o
legal lapidación.
No desfilar ya nunca
y no admitir
palabras
que pongan en la sangre
limaduras de
hierro.
Descubrir por ti misma
otro ser no
previsto
en el puente de la mirada.
Ser humano y mujer, ni
más ni menos.