sábado, 7 de septiembre de 2019

Mujeres con MEMORIAs: lecturas esenciales para comprender a nuestras pioneras

Mujeres con MEMORIAs: lecturas esenciales para comprender a nuestras pioneras

Rocío González Naranjo

Hoy quiero dedicar este espacio a daros una PRIMERA lista de mis obras imprescindibles, que espero se conviertan también en las vuestras. Considero que la primera mano, es decir, las memorias, en las que no hay interpretaciones sino un trabajo sobre la propia memoria, son esenciales para conocer a la escritora, su contexto y sus vicisitudes. Nuestras pioneras de la Edad de Plata así como las luchadoras por la libertad lo tenían claro: transcribir sur recuerdos para que quedara huella de una época tan dorada para ellas.

1. Si quieres conocer el ambiente cultural y militante anterior y durante la guerra civil española, la primera obra que debes leer es Memoria de la Melancolía (Buenos Aires, 1977) de la gran María Teresa León. 


Teresa con los otros miembros de la Asociación Internacional de los Escritores para la Defensa de la Cultura.


Es una obra esencial para conocer el ambiente en el que estas mujeres vivieron, pero también es una joya literaria, a pesar de la poca visibilidad que ha tenido: la escritura de María Teresa León es una obra maestra de la prosa lírica. Es una pena que, a día de hoy, que se están recuperando muchas obras esenciales de nuestras mujeres, ésta no aparezca más que en las librerías de viejo. A qué esperan para hacer una bella y merecida reedición? 


En primer lugar, es una joya histórica, ya que esta obra no sólo se concentra en la vida de la autora, sino también en los acontecimientos más importantes que ocurrieron durante el siglo XX: la dictadura de Primo de Rivera, los años maravillosos de la Edad de Plata, la proclamación de la República y todo lo que vino con ella – avances para las mujeres, libertades inesperadas –, pero también la horrible guerra civil entre hermanos, el exilio obligado de tantísimos españoles, la llamada “drôle de guerre” en Francia… María Teresa aporta datos importantes en la construcción de cada periodo, y aunque se trate de su entorno más próximo, no deja de ser una joya histórica. De este modo, podemos ver cómo se despiden de las Brigadas Internacionales, que fueron obligadas por los gobiernos democráticos, a abandonar España:

La muerte de Federico García Lorca, la vida en la Alianza de Intelectuales Antifascistas – de la que ella era secretaria – con las idas y venidas de grandes personajes de la época: Pablo Neruda, Elsa Triolet y Louis Aragon, jefes de las Brigadas, André Malraux; la construcción de las Guerrillas del Teatro, el fallecimiento de Máximo Gorki, la defensa del Cuartel de la Montaña, los viajes realizados a Rusia, la creación del Lyceum Club Femenino, la proclamación de la Segunda República, las Misiones Pedagógicas, la muerte de Gerda Taro y su funeral, el refugio en Francia por Nancy Cunard, el trabajo realizado en Radio París, los campos de refugiados en Francia …
Incluso podemos decir que María Teresa fue una visionaria en lo que a historiografía se refiere. Ella, que tanto habla de SU historia en este hermoso libro, demuestra que es también la de millones de españoles que sufrieron después el exilio y el olvido. Por ello, la autora sufre y sabe que las generaciones futuras seguirán sufriendo:

¡Gente de España! Guerra de España que aún se cuenta o se canta o se discute. ¿Por qué esa persistencia en la memoria de los hombres? Han pasado años y años y, sin embargo, como el problema del pueblo español no ha sido resuelto, ahí está en pie. Los hijos no nos han dicho aún: Dejadnos de vuestras historias viejas. No, buscan hundir su mano en ellas, en esa sangre derramada para encontrarse por qué los han extraviado, los han dejado sin historia, tutelados por ideas derrotadas, sin voto y sin voz.


2. Memorias habladas, memorias armadas, Concha Méndez

Cuando leemos las vivencias de Concha Méndez, brota de nuestras entrañas la impotencia que se refleja en sus recuerdos, como niña incomprendida por su familia, como adolescente rebelde, como mujer soltera considerada menor de edad eternamente, como esposa ensombrecida por la figura de su marido… Pero al mismo tiempo, Concha transmite sus ganas de vivir, sus objetivos conseguidos, su fuerte personalidad, su sinceridad (no deja títere con cabeza), su humor, su sencillez. De estas memorias se desprende la segunda parte del título : Concha fue, ante todo, una mujer luchadora que no cedió ante las convenciones sociales de la época, como muchas de sus compañeras que, desgraciadamente aún hoy en día, no aparecen en ninguna antología.  

Concha Méndez

Concha quería formarse para liberarse de las cadenas familiares, y por ello un día decidió asistir a la universidad. El resultado de esta excursión fue una brecha abierta en la cabeza por un golpe recibido a manos de su madre. Pero Concha, aún sabiendo que era ir en contra de la voluntad de sus padres y de la sociedad, no se dejó amilanar. Y esto es un leit motif que aparece en estas memorias : la lucha diaria por ser reconocida, como mujer y como artista ; como feminista y como empresaria. Porque la vida de la poeta fue una constante lucha contra todos esos absurdos códigos que irían desapareciendo poco a poco gracias a la proclamación de la Segunda República. En una de sus tentativas por abandonar el hogar familiar, Concha fue encerrada en un hotel a la espera de la decisión de un juez, pero finalmente llegó a un acuerdo con su padre, el cual no cumpliría después. De este modo, las mujeres eran eternas menores de edad que debían ser acompañadas y aconsejadas por sus « mayores » masculinos. No, Concha no dejó de combatir esos códigos sociales.

Pero si hay algo esencial en estas memorias es la existencia de una conciencia de autoría, la cual no estuvo siempre presente en las mujeres de la Edad de Plata debido, entre otras cosas, a que los mismos compañeros no las tomaban en serio. Concha era consciente de su valor como poeta y de la importancia de su figura en la creación de la llamada Generación del 27. Se demuestra en su papel como impresora y socia capitalista de la imprenta que comenzó junto a su marido, Manuel Altolaguirre, invirtiendo todo el dinero que había ganado en Argentina. De este modo, se puede decir que gracias a su aporte económico y a su trabajo como impresora, no sólo fue Altolaguirre quien dio a conocer la Generación del 27 : « Sin aquellas publicaciones, Poesía, Héroe, 1616, Caballo verde para la poesía, más todas las colecciones poéticas que editamos, no se hubiese podido crear una unidad de grupo. »



En cuanto al lenguaje, sus frases son frescas, espontáneas, pasa de un recuerdo a otro sin ninguna transición (recordemos que se trata de unas memorias habladas), siempre con un tono humorístico. Hay varios ejemplos que nos han hecho soltar carcajadas y apreciar más no sólo a la escritora, sino sobre todo a la persona.

3. Recuerdos de una mujer de la Generación del 98, Carmen Baroja y Nessi


Carmen Baroja y Nessi ha pasado sin pena ni gloria en la historia literaria y cultural de España, como tantas otras mujeres que tenían la desgracia de ser hermanas, hijas, madres, esposas de. Y, sin embargo, Carmen Baroja fue una de las grandes exponentes de la cultura madrileña durante los años de preguerra, en ese Madrid bohemio de Valle-Inclán, Azorín, Pío Baroja… pero también de la Residencia de Estudiantes con Lorca, Dalí, Buñuel… y cómo no: del Lyceum Club Femenino.



Es, quizá, una de las pocas mujeres que reivindica así su pertenencia a un grupo literario o cultural. Y no es una reivindicación sin fundamento, pues Carmen Baroja fue una de las artífices del desarrollo de esta generación, gracias, sobre todo, a la realización y creación del cenáculo teatral “El Mirlo blanco”, junto con su cuñada, Carmen Monné, en el número 23 de la calle de Mendizábal en Madrid. Desde 1926, un grupo de los mejores dramaturgos de la época representaron sus obras como opción a la decadencia de las salas comerciales en Madrid. Precisamente es esta época la que Carmen recuerda con mayor entusiasmo.

Del mismo modo, Carmen recuerda su asociación al Lyceum Club y a su presidencia de la sección de Arte, con un entusiasmo increíble, lo cual no encontramos en ninguna otra parte de sus memorias. De hecho, gracias a las informaciones que Baroja da sobre el Lyceum, podemos saber cómo se formó y los inconvenientes con los que se encontraron. De este modo, estas memorias no son sólo el reflejo de una época, sino que se pueden considerar como unas memorias históricas. Sin embargo, éstos son los dos únicos episodios en la vida de Carmen en la que se nos transmite un sentimiento positivo. El resto de las memorias muestran a una artista reprimida, a una mujer que tuvo que seguir las normas sociales de la época, a una hija, hermana, esposa y madre que estuvo siempre a la sombra de los hombres.  A pesar de escribir y publicar obras, de iniciarse en la orfebrería, de haber participado en la vida intelectual del Madrid de los años veinte, nos da la impresión de haber tenido el mismo sentimiento que los coetáneos de la generación del 98: un hastío vital enorme, desde su infancia hasta el momento en el que escribe sus memorias. 


4. Una mujer por caminos de España, María Lejárraga

Además de escritora, fue una gran activista feminista (de ahí la contradicción con su silencio) y política. Dirige, en 1918, la Unión de Mujeres Españolas (1918), fue cofundadora del Lyceum Club de Madrid, creó la Asociación Femenina de Educación Cívica, fue miembro de la Residencia de Señoritas, de Mujeres Antifascistas, de la Liga Femenina por la paz, y a principios de la guerra, fue nombrada agregada comercial en Suiza e Italia, pero ella decidió trasladarse a Bélgica para ocuparse de los niños refugiados españoles. Fue la secretaria española de la Alianza Internacional del Sufragio de la Mujer. No debemos olvidar que, además, fue diputada de Granada en las Cortes Republicanas en 1933 por el PSOE, utilizando su propio nombre y renunciando así a la marca Martínez Sierra.

María era maestra de vocación, no se consideraba una mujer política, y, aun así, durante los años 1931-1936 se dedicó a recorrer los pueblos de España para hacer, como decía ella, «propaganda» de lo que ella consideraba lo justo: el socialismo. Una mujer por caminos de España (1952) no es un libro únicamente de memorias de una persona triplemente apartada de la sociedad (mujer, exiliada y republicana). Es, además, un compendio de la situación vivida por los españoles antes de la guerra, durante la fugaz República.
La amargura de una joven República muerta por el fascismo se muestra en cada instante, la frustración de la no intervención de los países occidentales, el aislamiento de una mujer exiliada. Todo esto es motivo para que nos acerquemos a este libro y disfrutemos de la historia privada que, en resumidas cuentas, es la que hace realmente la Historia.

Seguiré con otras recomendaciones en próximos artículos. Todavía quedan muchas MEMORIAs de nuestras pioneras.