domingo, 18 de julio de 2021

Honremos a nuestros antepasados, por Laura S. Leret

Honremos a nuestros antepasados

Por Laura S. Leret




Hoy 18 de julio es el aniversario del inicio de la Guerra Civil española. Los hijos y nietos de las víctimas del franquismo recordamos este día con zozobra. Algunos de nosotros izamos la bandera republicana en la ventana de nuestras viviendas. Otros llevamos flores al cementerio. Haremos acto de presencia en la tierra que cubre una fosa común. Quizás visitemos la cárcel o el campo de concentración donde estuvo preso nuestro familiar. 

Por mi parte elevaré un pensamiento a mis antepasados muertos, un reconocimiento a su sufrimiento. Así como los judíos conmemoran la Shoá, de la misma manera nosotros los familiares de los represaliados por el franquismo, nos pronunciamos para preservar la memoria de nuestra catástrofe. Así como los judíos rememoran el Holocausto, nosotros los descendientes de los republicanos españoles rememoramos el genocidio fascista que azotó a España a raíz de la Guerra Civil.

Comenzó un 17 de julio en el Marruecos español, al norte de África. Allí se encontraba el grueso del Ejército español conformado por oficiales retrógrados y por la tropa mercenaria de origen moro. Las fuerzas que tomaron por las armas el control de las ciudades de Melilla, Ceuta y Tetuán. Al día siguiente, el 18 de julio, gran parte del ejército en la península se sumó al golpe de Estado. Un golpe político para preservar los intereses de la aristocracia, los terratenientes, los banqueros, los industriales, el ejército y la iglesia católica.

A unos kilómetros de Melilla, en el ojo del huracán, se encontraban mis abuelos, mi madre y mi tía, aquel verano de 1936. Carlota O'Neill, mi abuela, fue testigo del comienzo de la guerra. La base de aviones comandada por su esposo, mi abuelo, el capitán de aviación Virgilio Leret fue atacada por un tabor de infantería, un escuadrón de caballería. A quienes se les uniría, las Fuerzas Regulares comandadas por el temible Mohammed Mizzián.


 

Carlota O'Neill era escritora, y en su libro Una mujer en la guerra de España describe cómo su familia veraneaba en una base militar al lado de la Mar Chica, un lugar paradisíaco. Cómo el vendaval del huracán llamado Guerra Civil arrasó con su familia. Mi abuelo, el capitán de aviación Virgilio Leret fue hecho prisionero y fusilado al amanecer del 18 de julio con dos de sus suboficiales, Armando González y Luis Calvo.

Carlota O'Neill fue acusada por el falangista Manuel Requena de ser "extremadamente peligrosa". Le hicieron dos Consejos de guerra y fue condenada a 6 años en prisión en el fuerte de Victoria Grande, una prisión del siglo dieciocho. La rendición de penas por el trabajo le permitió salir en libertad al cumplir 4 años de cárcel. Las niñas María Gabriela y Carlota fueron recogidas por una familia amiga y al terminar la guerra fueron internadas en el Colegio de Huérfanas de militares en Aranjuez, un colegio de monjas de la posguerra: hambre y frío.

Cuando se dice que la Guerra Civil fue "fratricida", que ocurrieron barbaridades en ambos bandos, se intenta equiparar el padecimiento del bando republicano con el bando fascista. Los investigadores coinciden que la represión de los rebeldes militares fue tres veces superior a la ejecutada en el bando republicano. Unos 200.000 hombres y mujeres republicanos fueron ejecutados por los militares rebeldes.

La represión de los llamados "nacionalistas" fue calculada en tiempos de paz. El político Gil Robles, meses antes del golpe de Estado, proclamaba en sus escritos y programas de radio que España necesitaba para salvarse una sangría de vidas. El general Mola incitó a una acción extremadamente violenta para reducir al enemigo. Las represalias de los militares sublevados nunca fueron públicamente condenadas ni por las autoridades golpistas ni por el clero. La responsabilidad recae sobre los que desataron la Guerra Civil. Una guerra innecesaria que destrozó a España.

El olvido no es la estrategia para la reconciliación de los españoles. Algunos partidos políticos en España pregonan la "banalización del mal" de la que habló la escritora Hannah Arendt. En vez de votar a favor de conceder recursos para identificar los restos de los cadáveres en las fosas comunes, votan en contra. En vez de votar a favor de remover los símbolos franquistas, se abstienen. La cárcel de Victoria Grande donde mi abuela estuvo presa con cientos de mujeres prisioneras políticas, no tiene una placa que rememore su condición de prisión. Es decir, estos partidos políticos votan a favor del olvido. No aceptan la responsabilidad histórica de las consecuencias de la Guerra Civil.


  

Desde Venezuela, esta tierra americana que fue refugio para miles de exiliados españoles, hago un llamado para mantener viva la memoria y para honrar a nuestros antepasados, que lucharon en España para conseguir mejoras sociales, económicas y políticas. 

 

 

 

 

 

 

 

 

    

domingo, 28 de junio de 2020

POETA O POETISA: MI ANTOLOGIA COEDUCATIVA

POETA O POETISA: MI ANTOLOGIA COEDUCATIVA

Rocío González Naranjo


Desde la creación de la página EL DIA QUE SUPE QUE ERA FEMINISTA en Facebook, en el verano de 2017, una sección llamada #porqueesdomingo, nos daba la oportunidad de compartir poemas que por su reivindicación, por su fuerza y por su gran calidad, merecían ser divulgados. Muchos de ellos no se estudian en las clases de literatura porque ELLAS no aparecen, con algunas excepciones, evidentemente. Gracias a las profesionales docentes en coeducación, la poeta está dejando de ser poetisa. Puede que a muchas personas les guste el término. Personalmente, considero que se aplicaba de manera peyorativa a las mujeres que osaban escribir algo que no fuera un diario íntimo. Es cierto que según la RAE, ambas palabras son correctas, pero antaño parece que se aplicaba poetisa a la que era considerada "poeta menor". Luisa Seoane Rey, en un foro del Centro Virtual Cervantes lo explica de una manera excelente. Defiende el término poeta antes que el de poetisa porque:

Este sustantivo tuvo connotaciones negativas que evocaban ignorancia, incapacidad, cursilería o afectación. De modo que decir que una mujer era poetisa, en muchos casos no significaba que era una “persona que compone obras poéticas”, sino que se las daba de tal.

Y añade un pasaje citado por Manuel Seco de Leopoldo Alas Clarín y su Regenta, donde se observa claramente el uso negativo del término femenino: "La poetisa fea, cuando no llega a poeta, no suele ser más que una fea que se hace el amor en verso a sí misma” (Solos, 86)".

Para más información sobre el término poetisa, les dejo una conferencia de la escritora y poeta Sandra Pien en el siguiente enlace: 
http://abordajespoeticos.blogspot.com/2016/07/las-mujeres-somos-poetas.html


Alfonsina Storni (1892-1938), una de las grandes poetas del siglo XX

Esta antología, como verán, contiene poetas de todas las épocas, conocidas y desconocidas, pero con algo en común: saben lo que quieren transmitir, haciéndolo con una rabia y amor enorme. Disfrútenlos, utilícenlos en clase, léanlos a sus hij@s. COEDUQUEN

I - EMPODERAMIENTO FEMENINO


Les presento una selección en la que las poetas se sienten orgullosas de SER, a pesar de las desventajas de afirmarse. Además, se muestra la fortaleza de saberse, de conocerse, y eso es lo que transmite: una energía que podríamos utilizar para levantarnos la autoestima que tantas veces nos juega muy malas pasadas. Además, se reconoce la lucha feminista, o más bien, las luchas feministas, todas ellas.


Autoría desconocida. Fuente: Isla Polaers

Victoria Aldunate, CHILE, fragmento de un poema llamado Soy sobreviviente

Soy india, wuacha y loca
Soy negra, gitana, judía y palestina
Peruana, boliviana y migrante
Soy mestiza, latina y blanca.

SOY SOBREVIVIENTE.

Soy pobre, pobladora, trabajadora
cesante, ambulante y explotada.
Soy puta, vendo flores por las noches,
pido limosnas y canto en las micros.
Coso ajeno, lavo ajeno, limpio ajeno,
pero soy propia y rebelde.

SOY SOBREVIVIENTE.

Soy niña, joven, adolescente y vieja.
He sido monja para no casarme
Me he matrimoniado para salir del yugo paterno
He abandonado a un hombre para no ser esclava

SOY SOBREVIVIENTE.

Soy okupa, activista, anarquista, pensadora, escritora…
y otras veces, me hago la tonta...
Soy terapeuta, comunicadora, monitora y autodidacta
Soy ecologista, pacifista, animalista, vegetariana y vegana
Y otras veces doy la guerra con uñas y con dientes

porque SOY SOBREVIVIENTE.

Soy lesbiana, maraca, amante de un hombre o de varios
Amo, deseo, quiero y desespero…
Visto ceñido, corta la falda, escote abierto…
O no muestro nada [...]

SOY SOBREVIVIENTE.

Amo la tierra, la luna, las bestias y a las diosas
Soy bruja, divina, urbana, campesina, hipi y volada
Soy rockera, romántica, folclórica y popular
Soy roja, negra, rojinegra y sobretodo morada.
He sido golpeada, torturada, abusada y violada
He sido presa política, rea común y mujer maldita

SOY SOBREVIVIENTE.

Soy perseguida, culpabilizada, juzgada,
condenada, burlada y calumniada
He sido quemada, odiada, temida y avistada.
He sido ignorada, negada, obviada
y eliminada de la Historia, de la Ciencia y de la Filosofía.

Pero SOY SOBREVIVIENTE.

He sido trastocada, distorsionada, olvidada, difuminada
Se han cooptado mis palabras y mis símbolos
Se han confudido mis ideas
Se han experticiado mis pensamientos
Se han psicologizado mis propuestas
Se han vaciado mis consignas
Se han aprovechado de mis luchas

Pero, quiéranlo o no, soy feminista, radical y autónoma

porque SOY SOBREVIVIENTE.




Maya Angelou, (1928-2014), EEUU, Y aún así, me levanto

Tú puedes escribirme en la historia

con tus amargas, torcidas mentiras,
puedes aventarme al fango
y aún así, como el polvo... me levanto.
¿Mi descaro te molesta?
¿Porqué estás ahí quieto, apesadumbrado?
Porque camino
como si fuera dueña de pozos petroleros
bombeando en la sala de mi casa...
Como lunas y como soles,
con la certeza de las mareas,
como las esperanzas brincando alto,
así... yo me levanto.
¿Me quieres ver destrozada?
cabeza agachada y ojos bajos,
hombros caídos como lágrimas,
debilitados por mi llanto desconsolado.
¿Mi arrogancia te ofende?
No lo tomes tan a pecho,
Porque yo río como si tuviera minas de oro
excavándose en el mismo patio de mi casa.
Puedes dispararme con tus palabras,
puedes herirme con tus ojos,
puedes matarme con tu odio,
y aún así, como el aire, me levanto.
¿Mi sensualidad te molesta?
¿Surge como una sorpresa
que yo baile como si tuviera diamantes
ahí, donde se encuentran mis muslos?
De las barracas de vergüenza de la historia
yo me levanto
desde el pasado enraizado en dolor
yo me levanto
soy un negro océano, amplio e inquieto,
manando
me extiendo, sobre la marea,
dejando atrás noches de temor, de terror,
me levanto,
brindando los regalos legados por mis ancestros.
Yo soy el sueño y la esperanza del esclavo.
Me levanto.
Me levanto.
Me levanto.



Maya Angelou



Gioconda Belli, NICARAGUA, Y Dios me hizo mujer

Y Dios me hizo mujer,
de pelo largo,
ojos,
nariz y boca de mujer.

Con curvas
y pliegues
y suaves hondonadas
y me cavó por dentro,
me hizo un taller de seres humanos.

Tejió delicadamente mis nervios
y balanceó con cuidado
el número de mis hormonas.

Compuso mi sangre
y me inyectó con ella
para que irrigara
todo mi cuerpo;
nacieron así las ideas,
los sueños,
el instinto.

Todo lo que creó suavemente
a martillazos de soplidos
y taladrazos de amor,
las mil y una cosas que me hacen mujer todos los días
por las que me levanto orgullosa
todas las mañanas
y bendigo mi sexo.


Shirley Campbell, COSTA RICA, Desde el principio

Primero se nace
y se nace mujer
y se tienen manos
y se tiene menos
se tienen ojos y se tienen hijos
se tienen besos
y se tienen sueños.
Dije que se nace
y se nace mujer
se tiene sexo de mujer
manos de mujer
palabras de mujer
se nace mujer.
Luego una crece
y sigue siendo mujer
y aprende a vivir
como una mujer
amar
como una mujer
cuidar del mundo entero
como toda una mujer
soñar los sueños
con sueños de mujer.
Y mientras una sigue creciendo
se hace cada vez
más mujer
y aprende de libertad
de castillos con reyes
de finales felices
se aprende amar
como una mujer.
Pero de pronto una descubre
que las manos las tiene vacías.
Y entonces un día
una no quiere ser más
una mujer
porque serlo
no es siempre tan bueno
ni tan dulce.

Porque serlo
es a veces amargo
y duro
entonces una se subleva
se ve el cuerpo
y las manos
se ve el sexo
se descubre toda
como una mujer.
Entonces niega y reniega
maldice y discute entonces
se subleva y denuncia
y entonces no
no renuncia a ser.
Sólo piensa, decide, habla
y le avisa a todos
que a partir de ahora
será
una mujer.


Shirley Campbell, Rotundamente negra

Me niego rotundamente
A negar mi voz,
Mi sangre y mi piel.

Y me niego rotundamente
A dejar de ser yo,
A dejar de sentirme bien
Cuando miro mi rostro en el espejo
Con mi boca
Rotundamente grande,
Y mi nariz
Rotundamente hermosa,
Y mis dientes
Rotundamente blancos,
Y mi piel valientemente negra.

Y me niego categóricamente
A dejar de hablar
Mi lengua, mi acento y mi historia.

Y me niego absolutamente
A ser parte de los que callan,
De los que temen,
De los que lloran.

Porque me acepto
Rotundamente libre,
Rotundamente negra,
Rotundamente hermosa. 


Alba Eiragi, PARAGUAY, La Diosa de la belleza

Yo soy la diosa de la belleza,
Nuestra lengua es nuestra vida.
Yo soy la fruta silvestre.
La verde selva me pertenece.
Me pertenece mi canto.
Las aves trinan y cantan.
Las flores y las frutas me fortalecen.
La gran cigarra saluda el día con su vigoroso canto.
La mujer selvática es fuerte,
Su esencia es pura, su mirada es luz tenue de la luna.
Nuestro canto y nuestra danza se nutren de nuestra lengua.
La mujer fue hecha de frutas y flores.
Su voz es panal de miel sabrosa,
Su sonrisa arrulla y con su amor
Engendra vida en el universo.


Barbara Giorgi para Franca Rame, ITALIA, Llamadme Bruja

No importa quién soy. No importa cómo me llamo. Podéis llamarme Bruja. Porqué de todas formas mi naturaleza es esta. Desde siempre, a partir del primer vagido, del primer respiro de vida, de la primera patada que tiré en el mundo.



Soy una de aquellas mujeres que tienen el fuego en el alma, soy una de aquellas mujeres que tienen la vista y el oído de un gato, soy una de aquellas mujeres que hablan con los árboles y con las hormigas, soy una de aquellas mujeres que tienen el cerebro de Hypatia, de Artemisia, de Madame Curie. Y soy bella.


Tengo la belleza de la luz, tengo la belleza de la armonía, tengo la belleza del mar en tormenta, tengo la belleza de un tigre, tengo la belleza de los girasoles, de la lavanda y también de la hierba grama. Por esto soy Bruja.

Soy Bruja porqué soy diferente, soy única, soy otra, soy mi misma, estoy fuera de las filas, estoy fuera de los esquemas, soy a-normal… ¡soy yo!

Soy Bruja porqué estoy orgullosa de mi ser animal-mujer-gitana-artista y… ingeniera loca de mi vida. Soy Bruja porqué sé utilizar la cabeza, porqué digo siempre lo que pienso, porqué no tengo miedo de la palabra peligrosa y pruriginosa, de la palabra poderosa y potente.

Soy Bruja porqué a menudo fastidio a las Santas Inquisiciones de este extraño milenio, de esta Edad Media de tribunales mediáticos y apáticos.

Soy Bruja porqué las hogueras todavía existen y yo – antes o después – podría acabar dentro.



Rupi Kaur, CANADA, Desde el principio

Primero se nace
y se nace mujer
y se tienen manos
y se tiene menos
se tienen ojos y se tienen hijos
se tienen besos
y se tienen sueños.
Dije que se nace
y se nace mujer
se tiene sexo de mujer
manos de mujer
palabras de mujer
se nace mujer.
Luego una crece
y sigue siendo mujer
y aprende a vivir
como una mujer
amar
como una mujer
cuidar del mundo entero
como toda una mujer
soñar los sueños
con sueños de mujer.
Y mientras una sigue creciendo
se hace cada vez
más mujer
y aprende de libertad
de castillos con reyes
de finales felices
se aprende amar
como una mujer.
Pero de pronto una descubre
que las manos las tiene vacías.
Y entonces un día
una no quiere ser más
una mujer
porque serlo
no es siempre tan bueno
ni tan dulce.

Porque serlo
es a veces amargo
y duro
entonces una se subleva
se ve el cuerpo
y las manos
se ve el sexo
se descubre toda
como una mujer.
Entonces niega y reniega
maldice y discute entonces
se subleva y denuncia
y entonces no
no renuncia a ser.
Sólo piensa, decide, habla
y le avisa a todos
que a partir de ahora
será
una mujer.

Waldyley López, escritora en internet, Soy mujer guerrera

Aprendí de la vida que hay que ser decidida,
aprendí de mi madre que hay que ser muy guerrera,
la pasión, gallardía y la paciencia en la espera.

Fui abandonada y traicionada también,
subestimada y echada al olvido, lo sé,
pero decidí dejar ir, lo que ya se fue.

Hoy soy guerrera, así me proclamo,
no soy altanera, pero sé lo que valgo,
sé de las bendiciones que la vida me ha dado.

Hoy soy valiente, también soy muy fuerte,
no importa que el destino haya sido inclemente,
y me haya mostrado lo mucho que duele.

Mi fe y mi certeza me ha acompañado
por este camino del que casi no salgo,
pero aquí victoriosa yo me levanto.

Somos mujeres que no se han rendido,
somos aquellas que nada ha vencido,
recuperamos el trono muy bien merecido.

Mujeres que sanan, mujeres guerreras,
echándole ganas, fuertes y fieras.

Somos mujeres que han sabido seguir,
no importa el camino, lograremos el fin,
el reto será no rendirse, ni dejarse rendir.

Mujeres que sanan porque saben que valen,
que buscan la forma de seguir adelante.

Mujeres que sanan, mujeres guerreras,
echándole ganas, fuertes y fieras.

Jhoana Patiño, COLOMBIA, poema en prosa de su libro titulado Ebano

Yo no soy un vientre, soy un ser,
yo no soy un hijo, soy una mujer,
yo no soy un cuerpo que se toma, soy poder que se cuestiona,
yo no soy un rol, soy relación para la creación,
yo no soy una madre prometida, soy una posibilidad expandida,
yo no soy sólo palabras, soy silencio y miedo,
yo no soy solo razón, soy deseo y decisión
yo no soy sólo cuerpo, soy polvo de estrellas y arenas del desierto,
yo no soy sólo un vientre, soy poesía y canción,
yo no soy un rol, soy movimiento y quietud,
soy sueños y tormentas,
yo no soy un vientre prometido,
soy lo que quiero ser, soy lo que puedo ser,
soy lo que debo ser, pero no soy lo que tengo que ser,
yo soy mujer y me resisto a parir, sólo a parir,
quiero amar la vida, no sólo la vida de unos hijos,
soy mujer y doy vida con mi vida,
soy mujer y decido,
soy mujer y digo,
soy mujer y no crío.
soy mujer aunque no tenga un hijo.
yo no soy un vientre, soy vida.


Elvira Sastre, ESPAñA, Somos mujeres 

Miradnos.
Somos la luz de nuestra propia sombra,
el reflejo de la carne que nos ha acompañado,
la fuerza que impulsa a las olas más minúsculas.

Somos el azar de lo oportuno,
la paz que termina con las guerras ajenas,
dos rodillas arañadas que resisten con valentía.

Miradnos.
Decidimos cambiar la dirección del puño
porque nosotras no nos defendemos:
nosotras luchamos.

Miradnos.
Somos, también, dolor,
somos miedo,
somos un tropiezo fruto de la zancadilla de otro
que pretende marcar un camino que no existe.
Somos, también, una espalda torcida,
una mirada maltratada, una piel obligada,
pero la misma mano que alzamos
abre todas las puertas,
la misma boca con la que negamos
hace que el mundo avance,
y somos las únicas capaces de enseñar
a un pájaro a volar.

Miradnos.
Somos música,
inabarcables, invencibles, incontenibles, inhabitables,
luz en un lugar que aún no es capaz de
abarcarnos, vencernos, contenernos, habitarnos,
porque la belleza siempre cegó los ojos
de aquel que no sabía mirar.

Nuestro animal es una bestia indomable
que dormía tranquila hasta que decidisteis
abrirle los ojos con vuestros palos,
con vuestros insultos, con este desprecio
que, oídnos:
no aceptamos.

Miradnos.
Porque yo lo he visto en nuestros ojos,
lo he visto cuando nos reconocemos humanas
en esta selva que no siempre nos comprende
pero que hemos conquistado.

He visto en nosotras
la armonía de la vida y de la muerte,
la quietud del cielo y del suelo,
la unión del comienzo y del fin,
el fuego de la nieve y la madera,
la libertad del sí y el no,
el valor de quien llega y quien se va,
el don de quien puede y lo consigue.

Miradnos,
y nunca olvidéis que el universo y la luz
salen de nuestras piernas.

Porque un mundo sin mujeres
no es más que un mundo vacío y a oscuras.
Y nosotras
estamos aquí
para despertaros
y encender la mecha.

Alfonsina Storni, ARGENTINA (1892-1938), Loba

Yo soy como la loba.
Quebré con el rebaño
Y me fui a la montaña
Fatigada del llano.
Yo tengo un hijo fruto del amor, de amor sin ley,
Que no pude ser como las otras, casta de buey
Con yugo al cuello; ¡libre se eleve mi cabeza!
Yo quiero con mis manos apartar la maleza.
Mirad cómo se ríen y cómo me señalan
Porque lo digo así: (Las ovejitas balan
Porque ven que una loba ha entrado en el corral
Y saben que las lobas vienen del matorral).
¡Pobrecitas y mansas ovejas del rebaño!
No temáis a la loba, ella no os hará daño.
Pero tampoco riáis, que sus dientes son finos
¡Y en el bosque aprendieron sus manejos felinos!
No os robará la loba al pastor, no os inquietéis;
Yo sé que alguien lo dijo y vosotras lo creéis
Pero sin fundamento, que no sabe robar
Esa loba; ¡sus dientes son armas de matar!
Ha entrado en el corral porque sí, porque gusta
De ver cómo al llegar el rebaño se asusta,
Y cómo disimula con risas su temor
Bosquejando en el gesto un extraño escozor...
Id si acaso podéis frente a frente a la loba
Y robadle el cachorro; no vayáis en la boba
Conjunción de un rebaño ni llevéis un pastor...
¡Id solas! ¡Fuerza a fuerza oponed el valor!
Ovejitas, mostradme los dientes. ¡Qué pequeños!
No podréis, pobrecitas, caminar sin los dueños
Por la montaña abrupta, que si el tigre os acecha
No sabréis defenderos, moriréis en la brecha.
Yo soy como la loba. Ando sola y me río
Del rebaño. El sustento me lo gano y es mío
Donde quiera que sea, que yo tengo una mano
Que sabe trabajar y un cerebro que es sano.
La que pueda seguirme que se venga conmigo.
Pero yo estoy de pie, de frente al enemigo,
La vida, y no temo su arrebato fatal
Porque tengo en la mano siempre pronto un puñal.
El hijo y después yo y después... ¡lo que sea!
Aquello que me llame más pronto a la pelea.
A veces la ilusión de un capullo de amor
Que yo sé malograr antes que se haga flor.
Yo soy como la loba,
Quebré con el rebaño
Y me fui a la montaña
Fatigada del llano.



Alfonsina Storni en 1925, Archivo Caras y Caretas


Alfonsina Storni, Oveja descarriada

Oveja descarriada, dijeron por ahí.
Oveja descarriada. Los hombros encogí.

En verdad descarriada. Que a los bosques salí;
Estrellas de los cielos en los bosques pací

En verdad descarriada. Que el oro que cogí
No me duró en las manos y a cualquiera lo di.

En verdad descarriada, que tuve para mí
El oro de los cielos por cosa baladí.

Es verdad descarriada, que estoy de paso aquí.


Patricia Karina Vergara Sánchez, MEXICO, Soy india

Soy india.
Morena, chata de la cara,
en un país
obsesivamente racista.

Soy lesbiana,
en una nación
que compulsivamente me persigue.

Insisto,
en la libertad de decidir sobre mi cuerpo,
en territorio
de quienes realizan leyes
que buscan doblegarme.

No creo en su dios,
aun cuando habito un Estado
opresivamente católico.

Invoco a las diosas,
dentro de un patriarcado
que hace miles de años intenta ocultarlas.

Participo en la lucha laboral,
de un pueblo
ya comerciado y en las manos del patrón.

Conozco la importancia
de la labor contestataria,
cuando en mi patria
se encarcela a quien disiente.

Soy antiimperialista,
viviendo al lado de Bush.

Soy gorda,
en la cuna
de la tortura estética,
de la anorexia y de la bulimia.

He dado a luz,
en una era
que acabó con la esperanza,
ya hace tiempo.

Le apuesto a la lucha libertaria,
en el reino del televisor.

Soy pobre,
en un planeta
en donde comen migajas
tantos millones de pobres.

Soy feminista,
en una tierra hostil
a la palabra mujer.

Soy mujer.
En un tiempo
en que el feminicidio
nos ha vuelto desechables.

Por supuesto,
dicen que estoy loca,
extremadamente loca.

Que soy rara, que me he vuelto extraña.
Que no tengo lugar en el mundo.

Entonces, no me queda de otra:
Tengo que darle nombre al racismo,
que señalar el desprecio,
que elegir sobre mi vida,
que armarme antipatriarcal,
que inventar la fe para dársela a mi hija,
que rebelarme contra el patrón,
que escribir por la libertad a las presas políticas.
que denunciar al imperio,
que amar mi cuerpo,
que apagar el televisor,
que mostrar mis bolsillos,
que actuar contra la misoginia,
que buscar justicia para las mías,
que demandar castigo a los asesinos.

Es por todo ello,
que no tengo más remedio
que darles la mala noticia
a las buenas y tranquilas conciencias:

Estoy aquí.
Exigiendo a gritos,
la parte que me corresponde del mundo.
Y no voy a callarme la boca, ni a desaparecer.

Berta Villanueva, CHILE, Soy mujer aymara

Yo, conozco lo que valgo como mujer
Dondequiera me alzo,
Yo, hombre; yo mujer.
Para mí cualquier trabajo
En el frío, en el calor
Es lo mismo
No me asusto.
Sé afrontar al sol y al viento.
La piedra grande, el palo grande son míos.
De nada me asusto.
Soy mujer Aymara.
Sólo el flojo teme al frío y al calor.
Sólo el flojo de hambre muere.
Soy mujer Aymara, no me asusto.
Para una huérfana
el palo, la piedra hablan. No eso temo
Soy mujer Aymara.

Teresa Wilms Montt, CHILE (1893-1921), Autodefinición

Soy Teresa Wilms Montt
y aunque nací cien años antes que tú,
mi vida no fue tan distinta a la tuya.
Yo también tuve el privilegio de ser mujer.
Es difícil ser mujer en este mundo.
Tú lo sabes mejor que nadie.
Viví intensamente cada respiro y cada instante de mi vida.
Destilé mujer.

Trataron de reprimirme, pero no pudieron conmigo.
Cuando me dieron la espalda, yo di la cara.
Cuando me dejaron sola, di compañía.
Cuando quisieron matarme, di vida.
Cuando quisieron encerrarme, busqué libertad.
Cuando me amaban sin amor, yo di más amor.
Cuando trataron de callarme, grité.
Cuando me golpearon, contesté.

Fui crucificada, muerta y sepultada,
por mi familia y la sociedad.
Nací cien años antes que tú
sin embargo te veo igual a mí.

Soy Teresa Wilms Montt,
y no soy apta para señoritas. 


Teresa Wilms Montt

II - HOMENAJES A NUESTRAS ANCESTRAS

Linaje, por Gina Livingston Murray


Este apartado reúne una serie de poemas que muestran el orgullo de las poetas hacia nuestras antepasadas, aquellas mujeres que lucharon por nosotras, así como la reivindicación de las mismas y la denuncia de su olvido por la historia androcéntrica. En este apartado, encontrarán un poema escrito por una niña que, en aquel momento, tenía nueve años. Su edad fue motivo de dudas por parte de muchas personas al publicarla. Esto demuestra que aún nos queda mucho por avanzar en la igualdad cuando se duda de la autoría de una niña que escribe tempranamente. Gracias Eva. 


Begoña Abad, España, Nacidas a la izquierda del padre 

Nos han quemado en la hoguera del difunto marido.
Nos han alejado por impuras.
Nos han condenado a los trabajos más duros.
Nos han bajado de la peana de diosas
dividiéndonos en dos dioses varones.
Nos han lapidado por adúlteras.
Nos han etiquetado como débiles mentales y físicas.
Nos han utilizado como esclavas del hombre.
Nos han vendido o cambiado por ganado.
Nos han condenado y mutilado.
Nos han violado como carne sin alma.
Nos han hecho creer que agriamos el vino,
secamos las semillas y oxidamos los metales
Nos crearon de la costilla de varón.
Fuimos causa de los males de la tierra.
Nos han impedido decidir si queremos o no ser madres,
y a la vez nos han esterilizado sin permiso
como modo de detener la pobreza
y salvar así el culo del político de turno.
Los varones que lo han hecho y los que lo han consentido,
han olvidado que nacieron de mujer, inevitablemente. 


Yuli Bagon (Podéis ayudanos? No hemos encontrado a esta poeta!!!)

Cada color que entrelazo, con su trama y su urdimbre
Van creando una historia, de aquellas mujeres libres.
Las que aprendieron a bordar con un fusil en la mano
Las que cantaron al amor y nunca jamás se casaron.

Esas mujeres de antaño, esas que nos precedieron.
Las que libraban batallas y que nunca perecieron.
En ellas pienso ahora, cuando cambio de costado,
estas afiladas agujas que tejen un entramado.

No es de rojas ni pelonas la bandera tricolor
Es de tiempos ya olvidados, aquella que se votó.
Y entretejo su recuerdo, entre orgullo y dolor
Abrigaré mi garganta cuando cantes cara al sol. 

Rosa Berbel, España, Justicia poética

Quiero conocer a todas mis madres,
reconstruir mi linaje y mi conciencia
a partir de los versos, las renuncias,
las huellas de todas las mujeres
que he sido al mismo tiempo.

Quiero una larga estirpe de mujeres valientes,
que han escrito poemas
después de hacer la cena
y han vivido el exilio
dentro del dormitorio.
Reconocerlas libres, brillantes y caóticas
retratando monarcas,
sublevando las formas,
componiendo sonetos
en una Europa en llamas.

Quiero sobrellevar la carga de la historia,
convertirme en relevo,
nombrarlas
sin esfuerzo.
Pronunciar con propiedad
el término familia.

Eva Díaz Casas, A todas mis hermanas (Nuestra futura gran poeta y activista)

El techo de cristal,
la pared de ladrillo,
la puerta de madera,
las mujeres, compañeras.

¿A la mujer la vais a discriminar?
Pues entonces habrá que luchar.
Nos queda la protesta,
porque hay violaciones y ninguna con respuesta.

Cuando el amor de alguien te cubre,
en algunos casos te destruye.
No es lo que parece, sólo querían
que en esa trampa el tiempo tú perdieses.

Qué ingenuas, se creen
que las mujeres tenemos dueño.
Qué idiotas, nos intentan
asfixiar como olas.
Nos tapan la luz,
y sin ninguna virtud.

¿Cómo sería vivir en un mundo machista?
Ya lo hago,
pero la sororidad va ganando.

Todas juntas, unidas luchamos,
para que nos devuelvan lo que en siglos nos quitaron.



Inma Guillén, España, Homenaje a las que me precedieron 

Fui al encuentro del olvido
y encontré una senda.
Una senda de flores blancas,
sembrada de verdes olivos.

Marqué mis pasos
sin hacer ruido,
pasos grabados
en libros vacíos.

¿Dónde están las mujeres?
Entre el silencio
de desnudas paredes
de mudos versos,
de labios callados,
de gritos presos.

Presos de injusticia,
presos de miedo.
Miedo a no ser,
temor a no estar...

¿Dónde están las mujeres?
En las curvas de las letras,
en los silencios de la música,
en los colores mágicos
en el alma oculta.

¿Dónde están las mujeres?


Ana Ilse Gómez, Nicaragua, Ama del día

Yo soy la suma de todas ustedes,
mujeres encerradas en la Biblia
con sus sencillas o cruciales historias.
La suma de todas las que andan
sueltas por el mundo
haciéndolo más claro o más liviano.
De ustedes vengo. De las fuertes,
las vírgenes, las grávidas,
las que pagaron caro, las esclavas.
Vengo de la caracola convertida a través
de los siglos en doncella,
de la piedra estrujada que luego devino
en cuerpo de alfarera.
La voz de ustedes es mi voz,
mujeres lejanas
mujeres de mi tiempo
por ustedes canto y brillo como la más

simple de todas las estrellas.
Yo soy la suma de todas ustedes
hilanderas, amantes, agoreras,
de la historia de ustedes nace
el río inacabable de mi pelo,
por ustedes canto y oficio
la liturgia estremecida del poema,
sabias mujeres que me sucederán luego
descabelladas
tercas
increíbles mujeres
amas absolutas de las cenizas
y del fuego.

Guisela LÓPEZ, Guatemala, Presentes

Soy la advenediza
la que llegó al banquete
cuando los invitados comían los postres

Se preguntaron
quién osaba interrumpirlos
de dónde era
cómo me atrevía a emplear su lengua

Si era hombre o mujer
qué atributos poseía
se preguntaron por mi estirpe

“Vengo de un pasado ignoto –dije–
de un futuro lejano todavía
Pero en mis profecías hay verdad
Elocuencia en mis palabras
¿Iba a ser la elocuencia
atributo de los hombres?
Hablo la lengua de los conquistadores,
es verdad,
aunque digo lo opuesto de lo que ellos dicen.”

Soy la advenediza
la perturbadora
la desordenadora de los sexos
la transgresora

Hablo la lengua de los conquistadores
pero digo lo opuesto de lo que ellos dicen.




Guisela López, Es necesario

Es necesario
revertir el hechizo.
Ese,
que borra a las mujeres
de los libros de historia,
de las esferas de poder,
de las antologías.
Ese,
que las encierra
entre cuatro paredes,
con solo
colocarles un anillo. 


Gabriela Mistral, Chile (1889-1957), La mujer fuerte

Me acuerdo de tu rostro que se fijó en mis días,
mujer de saya azul y de tostada frente,
que en mi niñez y sobre mi tierra de ambrosía
vi abrir el surco negro en un abril ardiente.

Alzaba en la taberna, honda, la copa impura
el que te apegó un hijo al pecho de azucena,
y bajo ese recuerdo, que te era quemadura,
caía la simiente de tu mano, serena.

Segar te vi en enero los trigos de tu hijo,
y sin comprender tuve en ti los ojos fijos,
agrandados al par, de maravilla y llanto.

Y el lodo de tus pies todavía besara,
porque entre cien mundanas no he encontrado tu cara
¡y aún te sigo en los surcos la sombra con mi canto!



Gabriela Mistral


Lucía Sánchez Saornil, España (1895-1970), Romance de La Libertaria

María Silva por nombre
ya era un romance certero.
María Silva traía
los grandes ojos ardiendo,
muda su lengua andaluza
pálido el rostro moreno
y un espasmo de terror
por las entrañas adentro.

Estampa de noche trágica.
Benalud, en su recuerdo,
raía como una lima
la carne de su cerebro,
cerebro de niña pobre,
sin pan, sin libro y sin credo.

En una disputa trágica
gritan la llama y el viento;
rayan la noche fusiles
con resplandores siniestros,
buscando al hombre en el monte
como al lobo carnicero.

Dieciséis años tenía
María Silva incompletos.
Ay, María Silva Cruz,
nieta del bravo 'Seisdedos';
tus piernas de corza joven
hacen competencia al viento!

Corre hacia los negros campos;
corre viva, corre presto;
salva tus dieciséis años,
tu vida en flor, que aún es tiempo!
Salta las tapias enanas,
busca refugio en los cerros;
chacales con voz humana
siguen tu rastro sangriento.

Corre, María Silva, corre!
Y el sol la alumbró corriendo
por caminos de jerez,
duros de noche y de invierno
A la zaga iba el destino
como una fiera al acecho! 



Lucía Sánchez Saornil


III - YO ACUSO


He titulado esta parte así porque las poetas, en palabras llanas, "se quedaron a gusto". Acusan, denuncian, desprecian incluso, sin por ello mostrar vulgaridad, sino una rabia que debemos tener siempre para no dejarnos pisar por nada ni por nadie. Curiosamente, casi todas las poesías de esta sección están escritas por pioneras del Siglo de Oro español. Personalmente, Sor Juana Inés de la Cruz o María de Zayas me apasionan, y creo que el alumnado, al leer estos poemas, no debe conocer la época y así se les dé la ocasión de especular sobre el contexto. En mi experiencia, les digo que alucinarán.


Sor Juana Inés de la Cruz, Retrato de Miguel Cabrera (1750)


Sor Juana Inés de la Cruz, México (1651-1695), 
Hombres necios que acusáis
Hombres necios que acusáis
a la mujer sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis.

Si con ansia sin igual
solicitáis su desdén,
¿por qué queréis que obren bien
si las incitáis al mal?

Combatís su resistencia
y luego con gravedad
decís que fue liviandad
lo que hizo la diligencia.

Parecer quiere el denuedo
de vuestro parecer loco
al niño que pone el coco
y luego le tiene miedo.

Queréis con presunción necia
hallar a la que buscáis,
para pretendida, Tais,
y en la posesión, Lucrecia.

¿Qué humor puede ser más raro
que el que, falto de consejo,
él mismo empaña el espejo
y siente que no esté claro?

Con el favor y el desdén
tenéis condición igual,
quejándoos, si os tratan mal,
burlándoos, si os quieren bien.

Opinión ninguna gana,
pues la que más se recata,
si no os admite, es ingrata,
y si os admite, es liviana.

Siempre tan necios andáis
que con desigual nivel
a una culpáis por cruel
y a otra por fácil culpáis.

¿Pues cómo ha de estar templada
la que vuestro amor pretende,
si la que es ingrata ofende
y la que es fácil enfada?

Mas entre el enfado y pena
que vuestro gusto refiere,
bien haya la que no os quiere
y queja enhorabuena.

Dan vuestras amantes penas
a sus libertades alas
y después de hacerlas malas
las queréis hallar muy buenas.

¿Cuál mayor culpa ha tenido
en una pasión errada:
la que cae de rogada
o el que ruega de caído?

¿O cuál es más de culpar,
aunque cualquiera mal haga:
la que peca por la paga
o el que paga por pecar?

¿Pues para qué os espantáis
de la culpa que tenéis?
Queredlas cual las hacéis
o hacedlas cual las buscáis.

Dejad de solicitar
y después con más razón
acusaréis la afición
de la que os fuere a rogar.

Bien con muchas armas fundo
que lidia vuestra arrogancia,
pues en promesa e instancia
juntáis diablo, carne y mundo. 

Catalina Clara Ramírez de Guzmán, España (1611-1684 o 85), A político grandilocuente que ampara al payo(Soneto I)

Mirando en libertad esa estatura,
con ganas de catarla me he quedado
y, por verte, valiente, tan votado,
saber quisiera encipotar figura.

Lástima tengo si libido en clausura,
jode to lo social de tan menguado.
Flácido racional, polvo mermado,
castrante humano, brava caradura:

y si eres tan feroz, pues adivina
dónde a la izquierda estás, tan escondido
que el más perspicaz no determina

o cómo te concedes al jodido.
En tanto que esta duda se examina,
tu soberbia desmiente a lo sabido. 

Patricia Karina Vergara Sánchez, Desde la insignificancia

¿Cómo te atreves?
Insolente.

Pretendes calificarme
sin saber cómo se vive
desde la orilla del acantilado.

Tú, ostentando propiedad
del mundo.
de su idea moral
y del buen proceder.

Te estorbo tanto,
que sería largo
tratar de enumerar,
en exacto,
aquello que juzgas.

Que me he negado
a ser tu musa
o la imagen étnica
que te justifica.
Que me he cansado
de la servidumbre.
Que estoy harta
de la incondicionalidad absurda.

Probablemente,
es porque tomé la opción
de abrir la mirada,
de escuchar mi voz,
de nombrar a mi hermana,
y hube de apropiarme
de mi hacer autonomía.

Entonces, me acusas:

Que soy vanidosa.
Que me falta sabiduría
- para entender tus reglas-.

Que de mi boca salen mentiras
- porque no me puedo tragar tus verdades-.

Porque tomé la palabra.
Porque inventé mi camino.
Me llamas infiel.
Otra vez soy la hereje.
Nuevamente, la pecadora.

Tú, desde la altura iluminada,
sentencias, como si pudieras,
sobre el alma mía,
y me llamas mujer de oscuridad.

Desde tus altares,
ante tus tribunas,
empuñando tu cetro.
Has ordenado desfigurar
la imagen de mi rostro.
Has intentado borrar mi nombre
de los testimonios.

Pero,
no logras el olvido
de mi existencia.

Déjame, Déjame.
Elijo ser la paria.
La infecciosa.
La insuficiente.

Me quedo aquí,
vanidosa,
instintiva,
con mi inteligencia poca,
con mi verdad sombría.

Me quedo aquí,
Sentada en mi soberbia.
Ya que una cosa entiendo.

Una sola, es cierto:

Si ando tan errada;
Si tengo el camino tan perdido;
Por qué insistir en negar
lo que no cuenta.

Por qué tú, desde el poder,
te ocupas de contenerme,
de acosarme, de acorralarme.

Por qué, si soy apenas nada.

Por qué, entonces,
mis preguntas abren grietas.

Por qué si cuestiono yo,
tú y tus jerarquías remojan cimientos.

Por qué, si abro yo la boca,
tú tiemblas. 

Adela Zamudio, Bolivia (1854-1928), Nacer hombre

Cuánto trabajo ella pasa
Por corregir la torpeza
De su esposo, y en la casa,
(Permitidme que me asombre).
Tan inepto como fatuo,
Sigue él siendo la cabeza,
Porque es hombre!

Si algunos versos escribe,
De alguno esos versos son,
Que ella sólo los suscribe.
(Permitidme que me asombre).
Si ese alguno no es poeta,
Por qué tal suposición
Porque es hombre!

Una mujer superior
En elecciones no vota,
Y vota el pillo peor.
(Permitidme que me asombre).
Con tal que aprenda a firmar
Puede votar un idiota,
Porque es hombre!

El se abate y bebe o juega.
En un revés de la suerte:
Ella sufre, lucha y ruega.
(Permitidme que me asombre).
Que a ella se llame el «ser débil»
Y a él se le llame el «ser fuerte».
Porque es hombre!

Ella debe perdonar
Siéndole su esposo infiel;
Pero él se puede vengar.
(Permitidme que me asombre).
En un caso semejante
Hasta puede matar él,
Porque es hombre!

Oh, mortal privilegiado,
Que de perfecto y cabal
Gozas seguro renombre!
En todo caso, para esto,
Te ha bastado.



Adela Zamudio


María de Zayas, España (1590- a partir de 1647), Gallarda condición

Gallarda condición, Cupido, tengo,
muchos amantes en mi alma caben,
mi nuevo amartelar todos alaben
guardando la opinión que yo mantengo.

Hombres, así vuestros engaños vengo;
guardémonos de necias que no saben,
aunque más su firmeza menoscaben,
entretenerse como me entretengo.

Si un amante se ausenta, enoja o muere,
no ha de quedar la voluntad baldía,
porque es la ociosidad muy civil cosa.

Mal haya la que solo un hombre quiere,
que tener uno solo es cobardía;
naturaleza es vana y es hermosa.

Llegamos aquí presurosas…
Hemos venido,
convocadas por un sueño.

Las mujeres
recorremos las plazas del mundo
desplegando palabras.

Hemos llegado de todas partes
unas tristes,
otras alegres
algunas rotas.

Trazando arcoiris
con nuestros colores de piel,
constelaciones
con nuestras miradas.

Nos encontramos
proclamando la soberanía de nuestros cuerpos,
defendiendo la libertad de nuestros pasos.

Haciendo resonar nuestra voz.
de continente a continente.

Transgrediendo mandatos,
construyendo metáforas amables
con la fuerza de nuestros deseos.

Enlazándonos,
más allá de nuestra edad
y nuestras nacionalidades.

Acarreando esperanzas
en la desesperanza.

Tejiendo redes,
laboriosas arañas.

Construyendo ciudadanía
centímetro a centímetro.

Transformando la realidad
con nuestros caminares,
incursionando el viento
vestidas de cometas,
despeinadas de flores,
deliberadas,
presentes,
en esta marcha por la vida.


Ilustración de María de Zayas

IV - TOCAN A UNA, NOS TOCAN A TODAS / SOY MUJER


Para terminar, es necesario que apliquemos la denuncia a través de los versos, pues, como decía Celaya, "la poesía es un arma cargada de futuro", pero también, que nos sintamos unidas y que las poetas lo expresen. 


Victo Ngai - Morgan Gaynin Inc



Gioconda Belli, Amanece con pelo largo el día curvo de las mujeres

Amanece con pelo largo el día curvo de las mujeres,
¡Qué poco es un solo día, hermanas,
qué poco, para que el mundo acumule flores frente a nuestras casas!
Desde la cuna donde nacimos hasta la tumba donde dormiremos
-toda la atropellada ruta de nuestras vidas-
deberían pavimentar de flores para celebrarnos
(que no nos hagan como a la Princesa Diana que no vio, ni oyó
las floridas avenidas postradas de pena de Londres)
Nosotras queremos ver y oler las flores.

Queremos flores de los que no se alegraron cuando nacimos hembras
en vez de machos,
Queremos flores de los que nos cortaron el clítoris
Y de los que nos vendaron los pies
Queremos flores de quienes no nos mandaron al colegio para que cuidáramos a los hermanos y ayudáramos en la cocina
Flores del que se metió en la cama de noche y nos tapó la boca para violarnos mientras nuestra madre dormía
Queremos flores del que nos pagó menos por el trabajo más pesado
Y del que nos despidió cuando se dio cuenta que estábamos embarazadas
Queremos flores del que nos condenó a muerte forzándonos a parir
a riesgo de nuestras vidas
Queremos flores del que se protege del mal pensamiento
obligándonos al velo y a cubrirnos el cuerpo
Del que nos prohíbe salir a la calle sin un hombre que nos escolte
Queremos flores de los que nos quemaron por brujas
Y nos encerraron por locas
Flores del que nos pega, del que se emborracha
Del que se bebe irredento el pago de la comida del mes
Queremos flores de las que intrigan y levantan falsos
Flores de las que se ensañan contra sus hijas, sus madres y sus nueras
Y albergan ponzoña en su corazón para las de su mismo género

Tantas flores serían necesarias para secar los húmedos pantanos
donde el agua de nuestros ojos se hace lodo;
arenas movedizas tragándonos y escupiéndonos,
de las que tenaces, una a una, tendremos que surgir.

Amanece con pelo largo el día curvo de las mujeres.
Queremos flores hoy. Cuánto nos corresponde.
El jardín del que nos expulsaron. 


Gioconda Belli, Consejos para la mujer fuerte
Si eres una mujer fuerte
protégete de las alimañas que querrán
almorzar tu corazón.
Ellas usan todos los disfraces de los carnavales de la tierra:
se visten como culpas, como oportunidades, como precios que hay que pagar.
Te hurgan el alma; meten el barreno de sus miradas o sus llantos
hasta lo más profundo del magma de tu esencia
no para alumbrarse con tu fuego
sino para apagar la pasión
la erudición de tus fantasías.

Si eres una mujer fuerte
tienes que saber que el aire que te nutre
acarrea también parásitos, moscardones,
menudos insectos que buscarán alojarse en tu sangre
y nutrirse de cuanto es sólido y grande en ti.
No pierdas la compasión, pero témele a cuanto conduzca
a negarte la palabra, a esconder quién eres,
lo que te obligue a ablandarte
y te prometa un reino terrestre a cambio
de la sonrisa complaciente.

Si eres una mujer fuerte
prepárate para la batalla:
aprende a estar sola
a dormir en la más absoluta oscuridad sin miedo
a que nadie te tire sogas cuando ruja la tormenta
a nadar contra corriente.
Entrénate en los oficios de la reflexión y el intelecto
Lee, hazte el amor a ti misma, construye tu castillo
rodéalo de pozos profundos
pero hazle anchas puertas y ventanas.
Es menester que cultives enormes amistades
que quienes te rodean y quieran sepan lo que eres
que te hagas un círculo de hogueras y enciendas en el centro de tu habitación
una estufa siempre ardiente donde se mantenga el hervor de tus sueños.

Si eres una mujer fuerte
protégete con palabras y árboles
e invoca la memoria de mujeres antiguas.
Haz de saber que eres un campo magnético
hacia el que viajarán aullando los clavos herrumbrados
y el óxido mortal de todos los naufragios.
Ampara, pero ampárate primero
Guarda las distancias

Constrúyete. Cuídate

Atesora tu poder

Defiéndelo

Hazlo por ti

Te lo pido en nombre de todas nosotras. 


María Beneyto, España (1925-2011), Diez veces siete y una más

Diez veces siete y una más. Ya sabes:
setenta y siete cabriolas, once
mujeres de cristal que se rompieron
en mí, y en mí se quedan enterradas,
calcinadas algunas, otras libres
de escogerse final. Yo, soportándolas,
muriéndome con ellas, como ellas
se morirán conmigo. Once mujeres
en donde estoy, salen a escena juntas
se despiden por mí con reverencias
teatrales, y acusan al misterio
de tenerlas con fuerza encadenadas
las unas a las otras. Yo renuncio
en su favor, a lo que me negasteis.
Ellas serán, así, mis sustitutas,
soportarán mejor el menosprecio,
y hasta quizás pondrán la otra mejilla
a vuestras manos sucias. No me importa
esa puesta en escena. Me despido
en voz baja o afónica, en la esquina
de la pena, con todos mis errores
alrededor. Que Dios os dé la vida
que merecéis, y a mí me dé el descanso
de no pertenecer a vuestro mundo
brutal, machista, hipócrita y cobarde.
Once mujeres os dirán que lloro
perdón y amor aún. Y, genuflexas,
esperarán que me aplaudáis la huida.



María Beneyto



Mere Echagüe, Argentina, Si me matan

Si me matan un lunes
no digas que me lo busqué.
Decí que salí de laburar
y me tomé tarde el tren
no tuve tiempo de preparar la cena
el resto ya lo sabés.

Si me matan un martes
no digas que me lo busqué.
No creas que quiero
que mis hijos pierdan a su madre
y transiten la angustia de saber
que me han dolido hasta la muerte
los golpes de miles de puños
que hace siglos denuncié.

Si me matan un miércoles
no digas que me lo busqué.
Decí que me puse una pollerita
y salí a fumar un faso
a la plaza de mi barrio
adonde vos también fumás
y ves cómo me venden en papelitos
cómo me agarran el culo
cómo me muestran el arma
la que cuelga de la cintura
la que cuelga entre las piernas.

Si me matan un jueves
no digas que me lo busqué.
Decí que soy una piba como cualquier otra
que salió a bailar con las amigas
que le gusta la cerveza
que le gusta la coca y el fernet
que cuando dice no, es no
y no lo podés entender.

Si me matan un viernes
no digas que me lo busqué.
Decí que salí a romper iglesias
porque mi santo no está de turno
mis derechos tampoco
porque una vez no di limosna
porque unas cuantas veces pequé.

Si me matan un sábado
no digas que me lo busqué.
Decí que me metieron presa
por sacarme de adentro tu semilla
que yo no quiero
ni vos
y me morí de impotencia.

Si me matan un domingo
no digas que me lo busqué.
Gritá bien fuerte
que lo hicieron porque soy mujer. 

Alaíde Foppa, España (1914-1980), Ella siente a veces

Ella se siente a veces
como cosa olvidada
en el rincón oscuro de la casa
como fruto devorado adentro
por los pájaros rapaces,
como sombra sin rostro y sin peso.
Su presencia es apenas
vibración leve
en el aire inmóvil.
Siente que la traspasan las miradas
y que se vuelve niebla
entre los torpes brazos
que intentan circundarla.
Quisiera ser siquiera
una naranja jugosa
en la mano de un niño
-no corteza vacía-
una imagen que brilla en el espejo
-no sombra que se esfuma-
y una voz clara-no pesado silencio-
alguna vez escuchada.



Alaíde Foppa


Pilar Iglesias Aparicio, España, Cuerpo de mujer

Soy ese cuerpo que
insultan, humillan, mutilan, golpean.
Soy ese cuerpo
mil veces violado y escarniado
por el simple hecho de ser cuerpo de mujer.
Soy ese cuerpo
cubierto, ocultado, prohibido, lapidado.
Soy ese cuerpo, objeto, no sujeto,
para la mirada y el placer ajeno.
Soy ese cuerpo mil veces vendido
y comprado, prostituido, vejado,
utilizado, estrujado, flagelado,
condenado, asesinado…
por ser cuerpo de mujer.

Mas también soy, sí
Soy ese cuerpo de mujer valiente y luchadora.
Soy el cuerpo que grita y reclama sus derechos.
Soy el cuerpo que ocupa las fábricas y la Academia,
que labra la tierra, pare las criaturas,
encabeza las revoluciones,
reivindica derechos sin violencia,
se encadena en sororidad con otros cuerpos de mujeres,
y hace avanzar la historia sin disparar
ni hacer correr sangre de muerte.
Soy el cuerpo de la sangre de vida,
soy el cuerpo de la amante, la madre,
la lesbiana, la obrera, la campesina, la política, la doctora, la ingeniera,

una y mil mujeres yo soy.
Soy el cuerpo de las mujeres libres, imparables, fuertes, valientes.

Cristina Peri Rossi, Uruguay, Condición de mujer

IVepifanía

Sonaron sus pasos
en tierra de la injusticia.
Yo te he nombrado injusta,
pues así te has proclamado.
De esa forma sonaron sus pasos:
desolados.
Dime mujer,
¿cómo te sientes?
Tú que miras la Luna
buscando en la nostalgia de sus versos
reflejarte,
y en las ráfagas de tinta de su almas,
encontrarte.
En la tierra no has sido valorada, mujer,
pero no fue en vano tu existencia.
Dime,
¿cómo podría serlo?
Tú que pisaste este mundo convertida en arte.
Hasta el último hálito,
cuerpos mortales
lucharon por una vida rota.
Hoy,
de mi sombrero me desprendo,
pues mujer,
del arte yo dependo.


Florencia Pinar, España (1470-1530), Otra canción de la misma señora a unas perdices que le enviaron vivas

Destas aves su nación
Es cantar con alegría,
Y de vellas en prisión
Siento yo grave pasión,
Sin sentir nadie la mía.

Ellas lloran que se vieron
Sin temor de ser cativas,
Y a quien eran más esquivas
Esos mismos las prendieron.
Sus nombres mi vida son
Que va perdiendo alegría,
Y de vellas en prisión
Siento yo grave pasión,
Sin sentir nadie la mía. 

Magda Portal, Perú (1900-1989), Liberación

Un día seré libre, aún más libre que el viento,
será claro mi canto de audaz liberación
y hasta me habré librado de este remordimiento
secreto que me hunde su astilla al corazón.
Un día seré libre con los brazos abiertos,
con los ojos abiertos y limpios frente al sol,
el Miedo y el Recuerdo no estarán encubiertos
y agazapados para desgarrarme mejor.
Un día seré libre . . . Seré libre presiento,
con una gran sonrisa a flor de corazón,
con una gran sonrisa como no tengo hoy.
Y ya no habrá la sombra de mi remordimiento,
el cobarde silencio que merma mi Emoción.
Un día habré logrado la verdad de mi Yo! 



Magda Portal



Lucía Sánchez Saornil, Himno de Mujeres Libres

Puño en alto mujeres de Iberia
hacia horizontes preñados de luz
por rutas ardientes,
los pies en la tierra
la frente en lo azul.

Afirmando promesas de vida
desafiamos la tradición
modelemos la arcilla caliente
de un mundo que nace del dolor.

¡Qué el pasado se hunda en la nada!
¡qué nos importa el ayer!
Queremos escribir de nuevo
la palabra MUJER.

Puño en alto mujeres del mundo
hacia horizontes preñados de luz,
por rutas ardientes,
adelante, adelante,
de cara a la luz. 


Ida Vitale, Uruguay, Fortuna

Por años, disfrutar del error
y de su enmienda,
haber podido hablar, caminar libre,
no existir mutilada,
no entrar o sí en iglesias,
leer, oír la música querida,
ser en la noche un ser como en el día.

No ser casada en un negocio,
medida en cabras,
sufrir gobierno de parientes
o legal lapidación.

No desfilar ya nunca
y no admitir palabras
que pongan en la sangre
limaduras de hierro.

Descubrir por ti misma
otro ser no previsto
en el puente de la mirada.
Ser humano y mujer, ni más ni menos. 

Honremos a nuestros antepasados, por Laura S. Leret

Honremos a nuestros antepasados Por Laura S. Leret Hoy 18 de julio es el aniversario del inicio de la Guerra Civil española. Los hijos y nie...